El futuro de la medicina: Nanorobots y tu copia digital 6c3w21

Días extraños con Santiago Camacho En las últimas semanas, en los últimos programas, Pablo Fuente ha ido explorando junto con nosotros los últimos avances científicos que están transformando el mundo. Y hoy vamos a hablar de dos revoluciones médicas que parecen sacadas de la ciencia ficción, pero que ya están siendo una realidad. La nanomedicina y los gemelos digitales, tecnologías que prometen cambiar para siempre la forma en que diagnosticamos, la forma en que prevenimos, la forma en que tratamos las enfermedades. Pablo Fuente, bienvenido a Días extraños. Pues bien hallado, Santi. Muchísimas gracias por darme una vez más espacio, espacio positivo en Días extraños. Sí, porque bueno, estaba comentándome que los oyentes ya lo deben haber oído, el programa de que iba hoy, que era un poquito raro, mi exposición central. Y digo, menos mal que por lo menos Pablo viene a hablarnos de cosas que infunden esperanza. Y de eso exactamente vamos a hablar. Y vamos a empezar, si quieres, con... los dos temas me han parecido fascinantes, pero lo de la nanomedicina me ha parecido directamente alucinante.

Porque, ¿qué es exactamente la nanomedicina y por qué se dice que es una revolución en la medicina moderna? Bueno, tenemos que pensar, Santi, que ha habido varias revoluciones médicas que nos han transformado la vida. Podemos pensar en los antibióticos, podemos pensar en las vacunas, en la cirugía moderna, en tantas y tantas cosas. Pero ahora estamos al borde de lo que los científicos dicen que va a ser una de las más grandes revoluciones de la historia de la medicina y lo llaman pues nanomedicina, nanomedicamentos e incluso nanorobots, que eso es algo que a mí me ha volado la cabeza. ¿Y por qué me ha volado la cabeza? Pues que es una tecnología que es capaz de viajar por tu cuerpo, detectar enfermedades antes incluso de que aparezcan y no solamente reparar órganos dañados, sino ser precisa, precisa quirúrgicamente y evitar algo, Santi, que muchos medicamentos, lamentablemente, yo que vivo aquí en Estados Unidos, cada vez que anuncian algo en la tele, algo de los efectos secundarios, empiezan con esas listas y te asusta.

Bueno, pues la nanomedicina va a evitar todo eso. Hay un grabado, que lo tengo muy presente desde que lo vi una vez, que era un grabado en el que se representaba a un pobre paciente en su camita y a su lado estaba una especie de esqueleto representando la enfermedad. Estaban los dos en la cama y había un médico. ¿Y el médico qué estaba haciendo? El médico estaba moliendo los apalos a los dos, porque con la esperanza de que bueno, si me cargo antes a la enfermedad que al paciente, pues mire usted por dónde, mire usted qué bien. Efectivamente en el último siglo cada avance científico ha ido acertando cada vez más la puntería de esos palos y le tocan menos palos al paciente y más palos a la enfermedad hasta que finalmente se acaba con ella. Pero probablemente este avance que nos anuncias es la herramienta definitiva para que todos esos golpes metafóricos terminen cayendo exactamente en el blanco.

Así es, porque estamos hablando de no matar moscas a cañonazos, sino ser, como te decía, quirúrgicos en la precisión. Evitar esos efectos secundarios y todo tiene muy buena pinta. Es bastante prometedor, pero luego lo hablaremos Santi. Todavía quedan cosas y preguntas que hacerse, porque todavía no estamos ahí, estamos en el camino. Y la palabra nano, ¿de dónde viene todo esto? Tú imagina que todo esto ocurre además sin que lo vayamos a ver, no es que nos vayamos a tomar una pastilla o algo, porque esto opera a una escala miles de veces más pequeñas que el grosor de un pelo. No estamos hablando, no sé si te acuerdas de aquellas películas de El Chi Prodigioso o Los Vengadores. Me acuerdo incluso de una muchísimo más antigua, que creo que estaba basada en un relato de Isaac Asimov, una película de los años 50 o 60, ya era en color, que creo que se llamaba Viaje alucinante, que era que directamente para tratar un tumor miniaturizaban un submarino con toda su tripulación.