La Fuente Benjamín Parra Radio TVida a1v3j

Gracias amado Dios, gracias por este hermoso día que tú nos das. Queremos a ti alabarte, adorarte. Gracias por la bendición que es levantarnos cada mañana. No queremos acostumbrarnos a esto tan hermoso, poder amanecer y poder decir estás aún mientras duermo conmigo. Cuando amanezco tu misericordia se renueva para nosotros cada día, cada mañana. Si hemos pecado, abogado tenemos para con el Padre Jesucristo.

Venimos Señor como sacrificio vivo, santo, agradable a ti, que es nuestro culto racional. Venimos a ti Señor. Nuestro sacrificio hoy es humillándonos. Nuestro sacrificio hoy es entregándonos por completo, pidiéndote perdón. Nuestro sacrificio hoy es rindiendo nuestra voluntad a ti, diciéndote queremos ser obedientes, queremos ser tus discípulos, seguirte a ti.

Honramos tu presencia, honramos tu nombre, tu persona en nosotros.

Ahora somos templo del Espíritu Santo. Queremos no solamente tenerte, sino agradarte en nuestro corazón, en nuestra vida, en nuestros pensamientos, en todo lo que hagamos, digamos hoy, todo lo que veamos.

Queremos alumbrar, queremos ser sal y queremos ser luz. Queremos dedicar este día Señor a algo más que vivir para nosotros. Queremos vivir para ti, honrando siempre, honrando tu presencia. Que puedas usarnos poderosamente ahí donde vayamos, que podamos hablar de ti, que podamos ser usados aquellos que tienen necesidad. Que podamos ser de ejemplo, modelo, en un mundo caído, perverso, en un mundo sin esperanza. Podamos traer bendición tras bendición, alivio al que está afligido.

Usanos Señor, aquí estamos. Heme aquí, te decimos, somos ahora esclavos por amor.

Hemos regresado a ti, Señor, como ese leproso frente a esos otros nueve que recibieron la sanidad, pero ninguno, ninguno usó esa sanidad para servirte.

Nosotros queremos hoy, la vida que nos has dado, usarla para ti, Dios mío, entregártela como una ofrenda a ti, Señor.

Como dijo David en el Salmo 51, lávame y seré limpio, purifícame y seré más blanco que la nieve. Lávanos, purifícanos, Señor, hoy. Cuando rojo fue tu amor, blanca nuestra maldad. Tu amor se tradujo en sangre preciosa vertida en la cruz del Calvario. Señor, esa sangre hoy nos lava, nos limpia, nos purifica.

Gracias, Señor, por la bendición que es, Dios, tener a este buen abogado, a Jesucristo, a esta sangre preciosa, que si la sangre de Abel clama, cuánto más tu sangre, tu sangre nos limpia, nos purifica, nos da al trono de la gracia donde hallamos oportuno socorro. Seas tú, Señor, loado, bendecido, te reconocemos, te damos gracias, Señor, por la vida que nos das. Gracias por esta jornada, por esta nueva oportunidad para vivir, para servirte, para dedicarnos a ti, Señor.

Declaramos que yo y mi casa seremos salvos, que todas las familias de la tierra, Señor, tú las amas y vendrán a ser, Dios, conquistadas por tu amor.

Clamamos, Señor, hoy para que hoy sea un día de salvación. Uses Radio Vida poderosamente, uses este medio de comunicación para atraer vidas, para que muchos puedan conocerte de forma hermosa, Señor, hoy puedan saber de tu perdón.