FAUSTO con RAFAEL GÓMEZ PÉREZ | Leyes Viejas 1x02 3w277

Yohan Fausto era un estudiante hábil, el más agudo de su generación, pero disoluto.
Terminados sus estudios y no bastándole el conocimiento que lograba, resolvió invocar
a Satán.
En un cruce de caminos trenzó sus hechizos y, tras resistir a visiones apocalípticas,
tuvo ante sí a Mecistófeles, mensajero del maligno.
Firmó con él un contrato blasfemo, en que se comprometía a odiar a Dios y a la humanidad,
a cambio de 24 años de servicio del demonio.
Yohan vivía solo, acompañado únicamente de Christopher Wagner, un discípulo seducido
por su ambición en su juvenil tendencia al mal.
Proporcionaba a Mecistófeles todo cuanto Fausto había a menester en ropajes y apariencias,
y le permitía predecir el futuro, pero no respondía a las preguntas que le atormentaban.
Era incapaz de enseñarle el cielo, diciendo mostrar el infierno conjuró una falsa ilusión,
y sobre el origen del mundo afirmó que había estado ahí siempre, habiendo surgido todo
cuanto existe de la materia.
Quiso Fausto buscar esposa, despertando la ira de Satán.
En su lugar le fue ofrecido gozar cada noche de la mujer que se le antojase.
Hacía el doctor uso de los poderes demoníacos en aventuras intrascendentes.
Visitó la corrupta corte papal.
Conoció al emperador Carlos V, haciendo juntos escarnio de un honrado noble alemán.
Y estacó a un cambista judío, entre otras dudosas hazañas.
Pasados los 24 años, Fausto afrontó con horror su última noche, clamando
¡Ay, corazón imprudente!
Has seducido a la carne y mi destino es el fuego, la dicha que una vez conocí se ha perdido.
¡Ay, razón y libre albedrío!
Pesada carga arrojáis sobre estos .
¡Ay, amor y odio!
¿Por qué habitáis en mí?
Habéis sido causa de mi desdicha.
¡Ay, misericordia y venganza!
Me hicisteis perseguir la gloria y la deshonra es mi recompensa.
¡Ay, ay, razón, obstinación, imprudencia, libertad!
¡Qué vida maldita he llevado!
¡Ay, placer!
¿En qué miseria me has sumido?
¿Quién me liberará?
¿Dónde esconderme?
¿A dónde arrastrarme?
Donde quiera que esté, ahí seré reo.
Y cerrando la boca ya no dijo nada más.
Aquella noche hubo en casa del Doctor Gran Estrépito, pues Satanás mismo vino en busca
de lo que era suyo.
Johan Fausto amaneció deshecho, las entrañas fuera y el rostro contraído en un eterno rictus
de horror.
Me he puesto muy nervioso de golpe.
Vamos a travesar.
¿No lo has recogido ya?
Bienvenidos a Leyes Viejas, el programa que hubiera dejado tranquilo a una bomber ahorrándonos
a todos un disgusto.
Hoy estamos aquí con Rafael Gómez Pérez, en su primera vez en YouTube, por lo menos
en lo que yo he sido capaz de encontrar.
Es una persona que todo lo que no se prodiga en la esfera pública es lo que se prodiga
en la esfera privada.
Tiene un nutrido y selecto grupo de amigos, a los que dedica todo el tiempo que ahorra
al no estar en todas partes en internet.
Y se define a sí mismo como andaluz, romano y madrileño.
Ha trabajado como redactor y colaborador en Hace Prensa, como redactor y jefe de opinión
para Expansión y ha sido profesor de Antropología Cultural en el Colegio Cisneros.
Tiene publicados del orden de 140 libros, sin contar colaboraciones y traducciones,
que habría que sumárselas.
Destacaría de esos libros, por los que yo he disfrutado, que tampoco es que me haya
leído todos, las Notas Inconformistas, que son básicamente un vistazo a su forma de
pensar en pequeñas reflexiones fáciles de leer y un poco más difíciles de procesar.
Variaciones sobre el tema del tiempo, en el que aborda ese tema desde diversas perspectivas
y resulta de bastante interés por la profundidad del tema en sí.
Y La verdad en tiempos de la posverdad, que es un libro en el cual reflexiona sobre lo
que es la verdad en un momento como es el actual que está discutido.
Es especialmente interesante porque une una perspectiva clásica al tomar de punto como
punto de partida a Santo Tomás con una perspectiva más moderna, más constructivista, como es
la de Heidegger.
Por último, Mi infancia, mis padres, Huelva siempre, que es un libro que es a la vez biográfico
y de alguna forma una guía de Huelva vista desde los ojos de alguien que es de allí
y que lo ha vivido a lo largo del tiempo y es un libro muy muy cercano.
Por último, lo que diría que más define su interés es el reflejo de la frase aquella
de la comedia de Terencio, que le gusta también a él citar, de Humano soy y nada de lo humano
me es ajeno, pero que, a diferencia del sentido original de la frase, en él se refiere a
todo aquello que no es cotilleo.
Desde este punto disfruta muchísimo de contemplar y reflexionar sobre la libertad de lo personal
sin caer en el relativismo, entendiendo las perspectivas como partes de un todo, no como
cosas ambivalentes y amorfas, y disfruta de entender lo individual en comunidad sin
caer en un individualismo excesivo.
Bienvenido, Rafa.
Muy bien, pues muchas gracias por invitarme.