Especial Héroes 3ou53

Bienvenidos a nuestro tercer episodio de A Otro Con Ese Cuento, el podcast donde los cuentos no son como lo recuerdas.

Ya estamos otra vez, Nico. Hoy no sólo no está Juan, sino que además no tenemos el cuento que toca.

Creo que esta semana tocaba a Peter Pan, que por ahora sólo hemos hablado de personajes femeninos.

No, hoy íbamos a grabar un episodio especial para el concurso de la COPE.

Esa es la emisora donde escucha a mi padre los partidos, la de Lama y el que ganó Masterchef.

Sí, ya sé quién es, Juan Mancastaño.

Tengo aquí las instrucciones. Os leo.

Debemos dedicar el episodio a nuestros héroes, a las personas que más iramos.

Eso es muy fácil. A don Rafael Nadal Pareda, el deportista más grande que ha nacido en España.

Para eso yo prefiero dedicárselo a Messi, el mejor futbolista de todos los tiempos.

Bueno, bueno, bueno. Eso daría para mucha discusión.

¿Cómo no? Ya estáis como siempre, sólo pensando en deportes.

Yo creo que el concepto de héroe va por otro camino.

¿En quién estás pensando? ¿Batman? ¿Superman? O mejor, una del UCM.

¿Del UCM? ¿Pero qué es eso? ¿Qué va a ser? El Universo Cinematográfico de Marvel.

Ah, pues ahora me entero de qué se llama así.

Aunque tus héroes sean personajes de cómics, yo sigo sin verlo.

Si me dejáis elegir a mí, quizás deberíamos hablar de algún personaje importante de la historia.

Teresa de Calcuta, Martin Luther King o Albert Einstein.

Esa es buena idea. Son personas que han hecho realmente cosas importantes y que han dejado huella en este mundo.

Quizás podríamos dedicárselo al Papa Francisco. Sería como un homenaje a su legado.

Esperad un segundo. Creo que lo tengo.

Las instrucciones hablan de quién son nuestros héroes, a quién nos gustaría parecernos.

Y si pensamos bien la pregunta, la respuesta no puede ser más clara.

Mis héroes son mis padres.

Es verdad. Los míos se preocupan muchísimo por mí y eso que les dio un montón de guerra.

Mi padre hasta cambió de trabajo porque me echaba de menos.

Bueno, a toda la familia.

El mío, hasta cuando trabajaba de noche y estaba agotado, nunca me faltaba ni un poco de cariño.

La verdad es que tengo unos padres súper detallistas.

Mi padre siempre me echa una mano para convencer a mamá.

Menos en esta aventura de la radio. Ahí me ayudó mamá.

Cuando gane mi primer Ondas, tendré que agradecérselo a ambos.

Pues no hable más. Le vamos a dedicar el episodio especial a nuestros padres y madres.

Se me ocurre que podríamos contar uno de nuestros cuentos.

Una versión donde los protagonistas sean los padres de Capiricita Roja, la Bella Durmiente...

¡Qué idea tan buena! Vamos a juntarlos a todos en la primera asamblea de padres y madres de cuento.

Hace unos años, algunos de los padres y las madres más famosos de los cuentos decidieron reunirse.

Estaban cansados del trato y la imagen de ellos quedaba en algunos autores.

Sabían de sobra que habían cometido errores y que no acertaron en todas sus decisiones.

Pero que esos hermanos Grimm, Perrault o el mismísimo Walt Disney pusieran en duda el amor a sus hijos.

Era algo que no pensaban tolerar.

La madre de Capirucita Roja tomó la palabra, mirando con nostalgia la foto de su hija.

Sé que muchos me critican por no haberle dado un móvil a mi hija.

No quería llenarla de pantallas, aún era muy joven.

Quería que disfrutara de la vida real, aunque quizás con un GPS no se habría perdido en el bosque.

Todos lo sintieron, comprensivos.

La madre de la Bella Durmiente se levantó entonces, con gesto serio.

Yo pagué una bruja para poder tener una hija.

¿Fue un error? Sí, pero ser madre era lo que más deseaba en este mundo.

Y no me arrepiento, aunque eso trajera una gran desgracia a mi reino.

Los padres de los tres cerditos intervinieron, unos sujetando la mano del otro.

Criamos a nuestros tres hijos igual, sin hacer diferencias.

Les enseñamos la importancia de estudiar, trabajar y el valor del esfuerzo.

Se miraron encogiéndose de hombros.

Y aún así, salieron tan distintos. Uno súper responsable y los otros dos un poquito más despreocupados.

Pero los tres, palientes a su manera.