¿Eres buen hijo? 3y1f4b

Dos amigas estaban tomando un café, y una dice, mi madre me llama a menudo para que vaya a verla, voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser.

Ya sabes cómo son los viejos, ¿no? Cuentan las mismas cosas una y otra vez.

Además, nunca me faltan compromisos.

Yo, en cambio, responde su amiga, hablo mucho con mi madre, cada vez que estoy triste voy con ella, cuando me siento sola, tengo un problema y necesito fuerza, acudo a ella y me siento mejor.

Caramba, ¿eres mejor que yo? No lo creas, soy igual, responde con tristeza.

Visito a mi madre en el cementerio.

Murió hace tiempo, pero mientras estuvo conmigo pensaba lo mismo que tú.

No sabes cuánta falta me hace y cuánto la echo de menos.

Si de algo te sirve mi experiencia, valora su presencia, resalta sus virtudes y trata de hacer a un lado sus errores.

No esperes a que sea tarde.

De vuelta al coche iba pensando en las palabras de su amiga y qué haría si su madre ya no estuviese.

Cuando llegó a la oficina dijo a su secretaria, voy a llamar a mi madre, por favor, no me pases llamadas y cámbiame agenda, porque el día de hoy se lo dedico a ella.

Este es un cuento que me pasaron por el caralibro, o quizás no sea un cuento, y es una realidad que nos sucede demasiado a menudo.

¿Tú qué crees? No esperes a que alguien que te haga falta para darte cuenta de su importancia y lo que te aporta estar a su lado.

El ahora es hoy.

Sé inquebrantable, invencible, siempre creo en ti, pásatelo, pirata.

Y recuerda que la vida es muy corta como para beber mal vino.

Nos vemos en los bares.

¡Chao, familia!