episodio 6x08 del podcast estado civil MOTERO 3v106g

Bienvenido al podcast Estado Civil Motero, tu podcast donde la pasión por las motos
nos descubre experiencias, anécdotas y aventuras sobre las dos ruedas. Arrancamos este programa
y nos embarcamos en un emocionante viaje, trayendo nuestros micrófonos a moteros de
todos los rincones del planeta. Así que ajusta tu casco y acompáñanos en este viaje, prepárate
para inspirarte y descubrir que, en el mundo de las motos, cada kilómetro es una experiencia
única. Comienza Estado Civil Motero.
¿Qué pasa, chaval?
¿Qué pasa, Bampi? Aquí estamos otra vez. Me tienes, pues eso, como yo digo, dominado.
¿Cuántas veces te lo he dicho yo eso ya? Dominado. Me tienes aquí trabajando día y
noche.
Sí, ya, me lo dicen todas. Bueno, el hecho, querido amigo, es que estoy acordándome ahora
mismo de Zeferina, con lo cual automáticamente me lo he puesto en automático el estado femenino
de las motos, porque claro, tú y yo tenemos, bueno, tú que en este caso tienes dos motos
femeninas, evidentemente, con el nombre de Zeferina, el nombre de la sita y yo
el nombre de la rubia. ¿Conoces a alguien que le tenga una puesto a su moto un nombre
masculino?
Sí, claro que sí. Sí que lo tengo y tú sabes de sobra quién es. Yo creo que me lo
estás preguntando con segundas porque tú, mejor que nadie, sabes de quién estamos
hablando. El amigo Miguel Ángel tiene puesto un nombre masculino a su moto y yo no le he
dicho nunca nada, pero a mí me suena raro, o sea, no sé, llamarle el azul, le llama
el azul a su Triumph. Trophy.
Sí, bueno, sí, Trophy, que es la versión GT de Triumph, que como se fabrica, de aquí
remito a todo aquel que quiera echarle un vistazo a esa moto o a algún episodio que
tenemos de los cuñados motorizados, donde se habla excesivamente de esta moto. Lo que
sí que es cierto es que yo le hubiese puesto el gran azul, porque al fin y al cabo, como
es una moto voluminosa, grande, la ballena, pues el gran azul no le vendría ni tan mal.
El fin de semana pasado, a la vuelta de Cantalejo, estuvo aquí en casa, que grabamos además
ese programa contigo, que habrá salido ya, hablando de Cantalejo, estuvo aquí en mi casa.
Al día siguiente, para despedirnos, quisimos ir a comernos el churro, como es habitual
ya aquí en el podcast y en los amigos que pasan por Los Madriles, pero qué casualidad
que se le habían acabado los churros al de la cafetería y no nos lo pudimos comer. Pero
bueno, ahí ha quedado pendiente para otra ocasión.
Y esta semana, él ha estado desmontando su azul y la ha dejado totalmente desnuda,
le ha estado cambiando, dice, las bujías, el filtro del aire y para esa simple operación
tenía la moto totalmente desmontada. Yo de mecánica no entiendo mucho, pues será así,
pero bueno, ahí nos ha puesto esas fotos en el grupo de Telegram esta semana.
Sí, señor. He visto alguna otra fotografía de lo sucia que tenía la moto, que lo que
le quejaba un poco es que tenía que ponerla a punto, en su estado impecable de una moto
bonita como es esta Triumph. A mí la verdad es que me gusta mucho por la gran envergadura
que tiene, ya que a mí me gustan las motos grandes.
Te tengo que decir una cosa, es voluminosa de narices y para ponerla derecha, para levantarla
de la pataca, para ponerla en posición totalmente vertical, pesa como si estuviera hecha de
plomo. Yo estoy acostumbrado a mover mi K1600, que es ya un pedazo de barco, pero creo que
la Triumph Trophy la han hecho de plomo, porque tiene otra forma de distribución de pesos,
o yo no sé, o la pata de cabra, como él dice, está muy corta y se queda muy inclinada,
pero a mí me costaba un triunfo ponerla derecha, la verdad.
Ojo, yo me quito el sombrero ante Miguel Ángel, no porque lo escuche ni mucho menos,
pero el hecho es que él es una persona de cierta envergadura, paticorto, y la moto grande.
Y en Cantalejo el año pasado, cuando por desgracia se tuvo que ausentar por causa mayor,
cuando quisimos mover la moto un poco hacia atrás, y desde Cantalejo, que aquello es un arenal,
como quiero decir,