Entrevista al escritor Antonio Rabuñal Yanguas 4a2k45

Cazadores de duendes, solo algunos libros esconden un duende dentro.

Marisel García les habla desde Cazadores de duendes y hoy traigo a un escritor muy especial, muy sensible y nos encontramos ante su curiosa novela en la que resulta particularmente destacable el estilo de escritura del autor, ya que en este género de novelas se suele emplear un tono más coloquial y directo. También resulta llamativo el carácter introspectivo e intimista de la obra, provocando algunas cuestiones interesantes.

Saludables debates metaliterarios que nos hacen ver que la obra tiene, cuanto menos, sustancia. Una historia en la que no tienen cabida grandes acontecimientos ni sucesos extraordinarios, sino la vida misma, con toda su intensidad emocional y en la que cuentan más los personajes y sus sentimientos que los hechos en sí. Un jardín sin flores es también una novela de aprendizaje, evolución y crecimiento.

Una novela escrita por un joven que parece que lleva una vida entera llena de experiencias.

Buenos días, ¿cómo estás? Antonio Rabuñal, Yanguas.

Buenos días, todo bien, ¿qué tal todo por ahí? Pues muy bien, estupendamente. Dinos, ¿a qué público va dirigida esta obra principalmente? Yo cuando la escribí tampoco pensé orientarme a ningún público, pero los personajes como son, pues más adolescente, escogamulto. Hablo un poco del principio de la universidad, que abandono de instituto.

Podría parecer que va orientado a un público más joven, pero al final yo creo que la verdad tampoco es importante aquí que la lea quien la lea, se puede sentir un poco transportado a esta época, con recordar cosas de su pasado, porque al final son cosas que yo creo que dentro de, con sus diferencias cada uno, que todos hemos vivido un poco. Así es, así es. ¿Y con qué estilo está escrita Un jardín sin flores y que le da un sello muy particular? Porque tus emociones muy particulares y tú eres muy particular. Muchas gracias, eso me gusta mucho la verdad.

Pues diría que igual todo un poco intimista. Creo que la novela tiene un carácter muy inversivo porque yo tiro mucho de la descripción, que es algo que disfruto mucho haciendo, pero no diría tanto de descripción, por ejemplo, si yo fuera a escribir una habitación ¿dónde iría? Las paredes son así, que el suelo es asado, que hay una columna de este color, porque eso como que tampoco me parece importante. A mí me gusta más escribir pues la sensación, que hace calor, que este cuadro me recuerda a este momento.

No sé, como tonterías que al final yo creo que tampoco son relevantes en la trama, ni para que tú vayas en el espacio, pero sí que te puede hacer transportarte allí. También un poco parte de los recuerdos que tú puedas tener y un poco todo esto. Yo creo que eso igual puede ser algo bien, algo divertido, que es a lo que me han dicho gente que lo ha leído y tal, que les ha gustado. Es lo que más disfruto haciendo la verdad.

¿Has pretendido darle con este estilo a un jardín sin flores un aire romántico similar al de los escritores del siglo XIX para atrapar quizás al lector romántico o transportarlo a épocas anteriores por el modo en que está escrita? Hay gente que le gusta mucho la novela romántica del siglo XIX y bueno, tú los captas también aquí. Gracias. A ver, yo del siglo XIX no estaba, la verdad. Yo me quedé en el anterior.

Pero claro, a ver, pudiera parecer a lo mejor que igual por los toques, hablar un poco del amor, que todo esto que me estás comentando. Pero al final mi intención tampoco era, mi intención era hacer algo, una novela, contar alguna historia, hablar un poco del amor, que bueno, pues que pudieran transportar a un lector ahí. Pues ahora me parece algo muy, muy guay, muy no intencionado, pero me parece bonito. Muy bonito. ¿Y en qué tono está escrita Un jardín sin flores? Mira, que igual un poco inconfesional, con un poco de