Enfoque. Cine iberoamericano siglo XXI. 20-05-2025 2k5n5m

Queridos oyentes, habéis escuchado la primera parte de nuestro programa, un programa que la entrevista más larga se la dedicamos al gran cineasta colombiano Víctor Gaviria.

Hemos podido hablar con Pedro Adrián Zuluaga que participa en un libro que os hemos presentado cuyo título es Víctor Gaviria y el pueblo que falta.

Ahora tenemos una segunda píldorita que tenemos la suerte de contar otra vez con José Manuel León Meliá que nos va a hablar de José Luis Brown y en esta ocasión le vamos a dedicar este pequeño tiempo porque es un tiempo muy reducidito a una película tan importante como La Sabina.

Buenas noches José Manuel, cuando quieras.

Muy buenas noches, cómo estamos Charo y compañía? Estamos muy bien aquí contando siempre con personas como vosotros que estáis continuamente al pie del cañón de lo que es el cine, el buen cine y el no tan buen cine, pero bueno, el buen cine siempre dispuestos a recuperarlo, eso es la verdad que una pica en flan en los tiempos que corren.

Sí, porque además aquí con nuestra afición no solemos descansar, día sí al otro también estamos viendo películas tanto actuales que llegan a la cartera comercial o películas que no llegan a la cartera comercial que puedes ver a través de otras plataformas y otra cosa que a mí me entusiasma mucho y lo celebro por otra parte es recuperar películas de antaño que lo único que hacen es meternos una inyección de adrenalina sobre todo cuando consideramos a tanto los autores como a su obra muy representativa y realmente muy interesante así hablando a grosso modo de filmografías y de películas, pues ese enganche con el pasado que a mí me parece una recuperación, una revisión, una relectura muy apropiada en los tiempos que corren, pues en este caso he preferido elegir la figura de José Luis Vorao, este aragonés célebre, conocido, que en su día hizo una serie de películas muy importantes, Hay que matar a B, la primera, Brandy, sobre todo la película que le puso la cima y cimentó por otra parte su prestigio que fue Furtivos y después de Furtivos que nos rompió el molde, nos rompió y nos crujió casi las costillas, aquellos jóvenes aficionados que todavía casi con pantalón corto, asistíamos a aquella proyección y aquel drama rural en un terreno de bosque, semimontañoso, apartado del nunca, mejor dicho del mundanal, ruido en una pequeña población de la España profunda, en aquel drama rural muy rústico, pues la verdad que nos descubrió a este hombre, a José Luis Vorao, como un cineasta del cine español que pretendía apartarse del estándar o de los cánones más trillados, más tradicionales, sumarse a ese carro de grandes actores como Buñuel, Berlanga, Bardem, Carlos Aura, Miguel Picasso, Angelino Fons y tantos otros jóvenes cineastas que pretendían hacer un cine diferente y reflejar sobre todo hacer un retrato de nuestra España, de nuestros personajes, de nuestras costumbres, de nuestra idiosincrasia, es decir, de nuestro ADN desde un punto de vista visual, estético y temático completamente diferente.

Si aquella película Furtivos, digamos que supuso un peldaño bastante apoteósico, la carrera de José Luis Vorao, su siguiente película, La Sabina, que también la enclava en una zona rústica, en este caso de Andalucía, en una pequeña población de Málaga, ubicada en una serranía, donde la serranía, las montañas, los riscos, tienen una importancia realmente magistral y bueno, desde un principio prácticamente José Luis Vorao te está marcando un poco, digamos, por dónde van a ir las constantes vitales de su película, es decir, mientras suceden los títulos de crédito y escuchamos, por cierto, la partitura musical compuesta por Paco de Lucía,