En Clave de Sol -Mujeres grandes de la música 2r4t13

Recibamos ya a Mari Carmen Campuzano en su espacio en Clave de Sol Interactiva, deseando saber por dónde va hoy esa historia unida a la música clásica.

Mari Carmen, muy buenos días.

Buenos días, Paqui. Pues mira, Paqui, casi siempre se me acumula la tarea.

La semana pasada no pudimos hacer ninguna referencia al Día Internacional de la Mujer, que como todos sabemos se celebró el día 8.

Entonces lo hacemos unos días más tarde, pues nos parece que en el mundo de la música hay tanto que alcanzar para conseguir la igualdad y equiparar la brecha que se da en el campo musical entre hombres y mujeres, que no podíamos por menos, al igual que hicimos en años anteriores, dedicar esta nueva edición de en Clave de Sol Interactiva de Radio Barasalema a mujeres grandes de la música.

Ojalá pudiéramos poner todas las mujeres, pero claro, hemos tenido que seleccionar, bueno, pues de alguna manera casi casi al azar, que estas mujeres que por imperativos socioculturales fueron acalladas y no reconocidas en su momento.

Así que vamos a comenzar acercándonos a Hildegard von Weiden, que vivió desde 1098 a 1179 en pleno Sacro Imperio Romano Germánico, o sea, lo que sería la Alemania de hoy, siendo la décima hija de una familia, de posibles de una familia acomodada, a temprana edad fue enviada a que se metiera a bunja, vamos, a una abadía, ya que la mentalidad medieval, que era en la época donde ella vivió, estipulaba que el menor de los hijos debía de litregarse a la actividad religiosa a modo de tributo, o sea, que si tú eras la benjamina, la más chica, ya sabes que no te librabas, que irías de monja.

Así que bueno, pero ella, como era una persona tan sumamente sumamente especial, pues fue mística, poeta, filósofa, naturalista, médico, sexóloga y consejera política, imagínate.

¡Vaya currículum, Mari Carmen! Sí, sí, sí.

Segúrate, metía en un convento, casi casi en la edad media, y haciendo todo este tipo de actividades.

Pues Hildegard era, como he dicho, una mujer muy especial, que también tenía, además de todo eso que he mencionado, tenía talento para componer.

Ella es autora de un extenso repertorio musical, del que se conservan 70 obras con letra y música, himnos, antífonas y responsorios, recopilado en un tratado que se llama Sinfonía de la Armonía de Revelaciones Divinas, está en latín, pero voy a obviar mi pronunciación, como es temprano por la mañana, todavía no tengo yo mi capacidad verbal muy adecuada.

Y entonces, bueno, pues introdujo una forma nueva de cantar la misa, diferenciándose del canto gregoriano.

Este modo era como más moderno.

Las melodías eran más improvisadas, más libres.

Consiguió que las normas se relajaran con respecto a las limitaciones que tenían las monjas y incluso pudieron llegar a hablar en la misa.

Y he leído por ahí que también se podían adornar con flores.

Así que, fíjate tú, unos logros, ¿no?, en aquellos tiempos.

Pues sí, pues sí.

Vamos a escuchar unos fragmentos de Ob virga ad diadema de Hildegard von Wiggen, interpretada por la sesión de voces femeninas Voces de Ascensión.

Dirige Dennis Kinney.

Vamos solo a oír unos fragmentos.