"EL REY LEPROSO", BALDUINO IV DE JERUSALEM: El paladín de la cristiandad *J. A. Márquez Periano* 4y2m1d

Aunque otros nombres están ligados para la eternidad a las cruzadas como Ricardo Corazón de León, el último rey que gobernó Jerusalén es quizás el más extraordinario y desconocido de todos.

Armas, batallas y hombres que cambiaron el curso de la historia.

Esto y mucho más en Ben Unartis Historia Militar.

Hola a todos, hoy volvemos a la Edad Media para hablar de Balduino IV de Jerusalén, el rey de Proso.

Vamos a conocer a este hombre gracias a un amigo del canal, José Antonio Márquez Periano.

Hola, José Antonio. Espera, espera. Hola, José Antonio.

Hola, ¿qué tal? ¿Qué tal, Francisco? ¿Qué tal todo? Muy bien, vamos aquí de viaje en la historia por historia. Paso de la Segunda Guerra Mundial a la Edad Media contigo en cualquier momento.

Pues, José, hoy vamos a hablar de un tema que te interesa mucho.

No es tu tema habitual, ¿no? Tu tema habitual es más la Segunda Guerra Mundial.

Y diste un salto a la Edad Media para hablar de este hombre tan desconocido, ¿no? En tu obra El rey de Proso.

Sí, correcto. Principalmente fue porque, como a muchos, ¿verdad? A veces el mundo del cine nos pone sobre la palestra personajes totalmente desconocidos hasta que, pues, el séptimo arte, ¿verdad? Los trae, como he dicho, ¿no? A la palestra y los resucita, en cierta forma, del mundo del olvido.

Y eso fue precisamente lo que pasó con este rey. Me gustó mucho esa película cuando era mucho más joven, tenía más pelo, ¿verdad? Y siempre se quedó esa espina clavada esperando el momento en el que tuviera tiempo y ganas para escribir un libro sobre este desconocido rey, no tan desconocido en su momento. Y, bueno, pues, ese momento finalmente, ¿verdad? Después de hablar de él durante años y años, pues, ya iba siendo hora de cristalizarlo en esta obra.

Pues, habíamos hablado también juntos ya del Rey de Proso, ¿no? Pero sí de los antecedentes, ¿no? Porque había un rey de Jerusalén cristiano, ¿no? En aquella época.

Y habíamos hecho un programa hace ya un tiempo sobre la Primera Cruzada.

Y quedamos ahí, en Tierra de Nadie, para hacer otro día la Segunda Cruzada.

Y avanzaríamos hasta el final algún día de los reinos cristianos en Tierra Santa.

Pues, empezamos un poco a conocer a este personaje al que todos le dimos o le ponemos una...

Bueno, no puedo decir cara, ¿no? Pero le ponemos más cara en la película del Reino de los Cielos, ¿no? Voy a poner una imagen del Reino de los Cielos en la que se ve a este hombre.

Y es la imagen que tenemos, ¿no? Parece en su momento la película lo muestran como un rey indeciso, un rey que no tiene fuerza, ¿no? Pero la realidad no era tan así, ¿no? Sí, sí. Básicamente fue todo lo contrario. De hecho, el subtítulo que he incluido en la obra es Balduino IV, paladín de la cristiandad. ¿Por qué? Porque a pesar de tener esa terrible enfermedad, ¿verdad? Que obviamente no tenía cura en aquel entonces, la lepra, defendió su reino a capa y espada.

No solo eso, sino que además trató de extender sus dominios como cualquier otro rey de Jerusalén.

En la película del Reino de los Cielos sí es verdad, ¿no? Que vemos a un rey de paz, amor y concordia.

Balduino IV era todo lo contrario.

Paladín de las civilizaciones, ¿no? Sí, sí, exacto. Esa falsedad, ¿verdad? Amor entre religiones, amor entre cristianos, musulmanes y judíos.

Era todo lo contrario.

Pues tenemos, bueno, viendo un poco la cota de maña que le ponen a este hombre, que parece hecha de aluminio, pues...

Pues, sea como sea, yo cuando vi la película, te digo la verdad, disfruté. Es verdad que no era tan crítico como ahora.

Yo voy a intentar siempre hacer psicología, ¿no? Voy a ver películas y disfrutar. Y al final disfrutas de estas películas.

Y eso que tú dices, al final te sirve de cebo, ¿no? Para enganchar gente que después lea un libro, que después vea un programa de Belumartis y así aprenda un poco más sobre lo que fue la historia auténtica, ¿no? Pues vamos a empezar, ¿no? Un poco...

¿Por qué llegó este hombre a reinar ahí, no? ¿Por qué hubo un rey de Jerusalén? De formas...