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Eje contemporáneo. Episodio 10. Federico Tinivella 2467u
Descripción de Eje contemporáneo. Episodio 10. Federico Tinivella 2z17k
Fede Tinivella es el subdirector de la Biblioteca Argentina y es escritor, nos cuenta su vínculo con la Florida y la propuesta de las mañanitas de lectura en la playa del Paraná. Además es autor del libro “Ese fuego enorme” y nos lee algunos fragmentos. 525365
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
La Florida, historias de una playa del Paraná.
Que la naturaleza te brinde un vínculo tan fuerte, hace un espacio de una identidad muy muy pregnante para nosotros.
La Florida fue la espectadora de lujo de muchos cambios que tuvo la ciudad.
La Florida, historias de una playa del Paraná es un podcast para recuperar y poner en valor la historia de nuestra playa desde sus orígenes hasta la actualidad.
Yo sé que en realidad todos los espacios tienen belleza, pero hay algo muy fuerte que genera el agua.
Para pensar el territorio y reflexionar sobre el paisaje, el valor de trabajar en equipo y las posibilidades de recuperar nuestra historia repensando a la cultura local como una cultura del río.
La Florida es la playa más tradicional e importante que tiene nuestra ciudad, la ciudad de Rosario.
La Florida, historias de una playa del Paraná.
Y en el marco de los 300 años de Rosario, nos parecía que este era un territorio que también teníamos que poner en valor.
Idea, Patricio Alday.
Producción general, Débora Yónico.
Conducción y edición, Lucía Fernández Cívico.
Sonido, Patricio Abate.
Fotos, Guillermo Turín.
Música, Saquara.
La Florida, historias de una playa del Paraná.
Yo soy Fede Tinivela, tengo 50 años, trabajo en la Biblioteca Argentina.
Tengo dos hijas, se llaman Lúa y Camila.
Y me gusta mucho escribir y el río, y hacer pescados.
Así que bueno, tengo un hornito muy lindo a leña.
Están todos invitados.
Fede, primero contame, ¿cuál es tu vínculo con la Florida? En realidad, mirá, yo nací en Parquefil, pero desde muy chico, mi vieja hacía viajes con muchos amigues del barrio, en un fitito, en un Fiat 600.
Entonces, para nosotros era toda una aventura venir desde Parquefil hasta la Flora en un Fiat 600.
¿Era un viaje? Porque dijiste, mi vieja hacía viajes. ¿Era un viaje? Era todo un viaje.
Llegar acá en verano, y toda una experiencia, porque era pasar el día.
Veníamos, ponele tipo nueve de la mañana, y nos quedamos hasta las seis de la tarde.
Y en ese momento, venía mucha gente, como ahora.
Había un gran estacionamiento, en la parte sur de la Flora.
Había un bar ahí, un estacionamiento.
Uno de los que cuidaba los autos es Carlitos, que vende pescado acá, en el puesto cuatro.
Que es amigo ya.
¿Por qué es amigo ya, si vos vivías en Parquefil? ¿Cómo fue eso? Y pasó que empezamos a venir mucho, yo empecé a venir mucho a la Florida con mi vieja, que ya te digo, eran días muy largos, que venías con la canasta, con el jugo, los sanguchitos del mediodía.
La Florida, en ese momento, tenía mucho sauce.
¿Época? Y ya te digo, ochenta, los ochenta.
Principios de los ochenta.
Había mucho sauce, mucha cola en la entrada, mucha bolsa con rosquitas transpiradas, mucho calor.
Y me acuerdo que las colas eran de mucho tiempo.
Había que estar mucho tiempo en la entrada.
Estaba bueno porque la Florida era una experiencia de la incomodidad también, para nosotros.
Nos sacaba de la comodidad el club.
El club es más cómodo.
Tenés la pileta, los baños cerca.
¿Y acá qué pasaba? Acá era más heterogéneo, más salvaje.
Te encontrabas con mucha gente de distintos lugares de la ciudad.
Arena.
El sauce tenía un poco de suciedad, lo que desprendía, ese algodoncito, la semillita, la corteza.
El río tenía barro, mucho barro.
Entonces, me parece interesante esa experiencia que hoy ya nosotros lo podemos disfrutar, los que venimos mucho al río.
Pero en ese momento era un territorio de la incomodidad.
Llegabas con tu familia, pasabas el día, y después te fuiste quedando.
Claro. Y pasó que todo ese tiempo que vos recién me preguntabas lo de Carlitos, ese tiempo empezó a prolongarse después por un gusto personal.
O sea, en un principio era tu vieja que te traía y después te empezás a vincular con el río, yo particularmente con los clubes de la costa.
Ponele a partir de los 12 con remeros.
Empezás a hacer remo.
Y con Carlitos nos reencontramos después de mucho tiempo cuando yo armé un taller de fotos en el Lumier, y venía con mis alumnos a hacer fotos de la costa, de la orilla.
Y era muy interesante para nosotros hacer fotos de los pescadores.
Y no solo en el agua, sino también en la tierra, porque es cierto que ahora se perdió un poquito el laburo del pescador en esta parte de la ciudad.
Por ahí traen más pescado de más al norte, o de Vallgorria.
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