
Ego o Conciencia ¿A quién le das poder? - Enric Corbera 5t5w3y
Descripción de Ego o Conciencia ¿A quién le das poder? - Enric Corbera l386z
El ego no es bueno ni malo, sino una parte de nuestra experiencia humana. En este pódcast, Enric Corbera explica la importancia de comprender cómo opera el ego, no para eliminarlo, sino para reconocer cuándo toma el control y así poder verlo sin identificarnos con él. Al hacerlo, tomamos responsabilidad sobre nuestra percepción, lo que nos permite vivir con mayor paz y claridad. ¿Estás listo para ver tu vida desde una nueva perspectiva? ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/691411 143l2h
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Vamos a estudiar a fondo el ego.
Hay gente muy espiritual que se piensa que el ego hay que deshacerlo.
No. Para estar en este mundo, necesitamos una identidad.
Esa identidad la soporta el ego.
Hoy vamos a analizar la coherencia del ego.
No vamos a juzgar al ego, porque el ego lo que quiere es que lo juzguemos.
Le encanta el juicio.
El ego juega con el juicio y con la culpabilidad.
Esos son sus primeros mandamientos.
El ego vive en la separación.
Cuando yo me siento separado, surgen automáticamente dos carencias básicas.
La culpa y el vitimismo.
Hoy vamos a pasar del modo ego al modo despierto.
Ese es el trabajo de hoy.
Vamos a estudiar a fondo el ego.
El ego.
Y, por lo tanto, voy a tocar a todos los egos.
Porque, claro, eso está clarísimo.
Pero, antes de nada, dejar muy claro que el ego no es bueno ni malo.
Es necesario.
Hay gente muy espiritual que se piensa que el ego hay que deshacerlo.
No.
Para estar en este mundo, en esta película, ¿me van siguiendo?, necesitamos una identidad.
Esa identidad la soporta el ego.
El ego vive en la separación.
Porque el juego que estamos jugando es de separación.
¿Estamos? Hoy vamos a analizar la coherencia del ego.
¿Queda claro eso, familia? Vamos a analizar, no vamos a juzgar al ego.
Porque el ego lo que quiere es que lo juzguemos.
Le encanta el juicio.
El ego juega con el juicio y con la culpabilidad.
Esos son sus primeros mandamientos.
Primer mandamiento.
La culpa de todo lo que me ocurre la tiene el otro.
Ese es el primer mandamiento.
El segundo mandamiento.
La culpa de todo lo que me ocurre la tiene mi madre.
La otra, mi suegra.
Pero yo no.
Y si me ocurre algo, al final la culpa la tiene Dios.
Coño, ya tengo un poco de culo.
Empezamos por el otro, el dictamiento al presidente del gobierno y al final por Dios.
Al final la culpa la tienen los demás.
Bien, entonces.
Por lo tanto, hoy vamos a pasar, aquí está el señor Buda, hoy vamos a pasar del modo ego al modo despierto.
Ese es el trabajo de hoy.
¿Vale? ¿Sí? Vamos a pasar del modo ego, dormido con mi verdad y peleándome con la vecina y con el perro y con la Virgen Santísima, a despertar, a tomar conciencia de que todo lo que me está ocurriendo en mi vida tiene que ver conmigo y me ayuda a tomar conciencia y a empezar a mirarme la vida de otra manera.
¿Ok? Muy bien.
Por lo tanto, una reflexión mía.
Dice, un curso de milagros no puede mostrar la verdad.
No la puede mostrar.
Es imposible.
Además, los apóstoles preguntaron a Jesús cuál es la verdad y hizo silencio, o sea, no contestó.
No se puede definir la verdad.
Ya se lo digo ahora.
Solamente se puede experimentar.
Y es algo que, cuando uno experimenta la verdad y le preguntan qué has vivido, no lo puede contar.
No puede contarlo, porque el momento que cuente va a convertir aquella verdad en una liturgia.
No sé si me estoy explicando.
Perdón, o sea, es que me cuesta poner palabras a esto.
Bueno, dice, no puede mostrarte la verdad, pero sí ayudarte a quitar los obstáculos que has puesto y que los has convertido en tus verdades.
Eso sí que le suena.
¿Estamos de acuerdo? Y te recuerdo que es un proceso doloroso.
Joder, que no lo podéis imaginar.
Por lo tanto, te dice también, ¿eres consciente de que tu vida no te satisface? ¿Eres consciente de que te cuentas un montón de historias y de justificaciones para no cambiar? Por lo tanto, como decía, el pecado original que se habla está basado en una creencia de que estamos separados.
Este es el pecado original.
¿Estamos? Y estar separado implica que, cuando yo me siento separado, fijaros bien, cuando me siento separado, surgen automáticamente dos carencias básicas.
La primera, el miedo.
El miedo.
Ese primero es el miedo.
Y, entonces, surge el ego.
El ego, como se siente culpable, lo que hace es proyectar la culpa.
Y, entonces, nace la segunda carencia, que es la culpa y el vitimismo.
Por lo tanto, ¿me siento separado de ese todo? ¿Me siento con culpa y víctima de haber hecho un pecado que tendríamos que traducir por error original? Error cometemos todos.
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