EEDLT (03x33) - El Lider del Templo del Pueblo - El Sindrome de Jerusalen 5t164d

Bienvenidos al Ejército de los Tristes, podcast dirigido y presentado por Alberto Rojo.

Muy buenas a todos mis queridos soldados y bienvenidos una semana más a un nuevo programa del Ejército de los Tristes. Muchas gracias por estar ahí. No todos cargamos con las mismas heridas, pero hay un lugar donde las cicatrices se reconocen entre ellas, donde el dolor no se juzga y el silencio tiene voz. Aquí no hay prisa, solo historias que duelen, que inquietan y, a veces, que nos abrazan en mitad de la oscuridad. Esto es el Ejército de los Tristes y si has llegado hasta aquí, tal vez ya formes parte de él.

En el programa de hoy, como suele ser habitual, vamos a comenzar con uno de esos personajes oscuros que tanto nos intrigan. ¡Comenzamos! Cuando los soldados norteamericanos entraron en el campamento de Youngstown, ubicado en el país de Guyana, se encontraron a centenares de personas, adultos y niños, alfombrando la gran esplanada exterior del recinto. Lo que al principio se erigió como el paraíso en la tierra, alejado del diabólico capitalismo, a finales de noviembre de 1978, se tornó en un terreno de muerte para perpetrar el mayor asesinato en masa de la historia.

El responsable de aquella tragedia fue el pastor protestante Jim Jones, quien mediante discursos apocalípticos instó a sus 900 feligreses del Templo del Pueblo para ingerir cianuro y evitar el sufrimiento futuro de la humanidad. «Debéis morir con dignidad», gritaba. Sin embargo, él prefirió ahorrarse la agonía del veneno y pegarse un tiro con una escopeta.

James Warren Jones nació el 13 de mayo de 1931 en Lynn, Indiana. Desde muy niño, sus padres, de origen gales y escocés respectivamente, inculcaron a su hijo el amor por los animales y la compasión hacia los más desfavorecidos. El pequeño Jim, como le apodaron su círculo más cercano, también creció en la fe de la Iglesia Evangélica Pentecostal, a donde acudía para escuchar la música gospel y los sermones de los pastores.

Aquella parafernalia le dejó tan fascinado que a una edad bien temprana decidió hacer sus propias predicaciones delante de los niños del barrio. Sus palabras siempre iban dirigidas a las comunidades más castigadas, como la población negra, por ejemplo. Cabe recordar que por aquel entonces el estado de Indiana sufría la segregación racial a manos de grupos racistas como el Ku Klux Klan. Años más tarde, su afiliación con la Iglesia Evangélica