E6T1 Cuentos Que No Son Tan Cuentos "IMBUNCHE" 1h5m3i

En el susurro del crepúsculo ya la quietud de la medianoche se ocultan relatos que esperan despertar la calma de una tarde en el parque el silencio de una casa vacía la rutina de un día cualquiera en estos momentos cuando menos los espera las es donde se esconde lo extraordinario porque en cuentos que no son cuentos la magia y el horror se encuentran en los detalles más sutiles de nuestra existencia soy paolo sepúlveda desde el centro sur del país ven y escúchame déjate llevar porque a veces los cuentos no son tan cuentos como parece el inbound los colores parecen cobrar vida plasmados en todos los tonos que el verde permite soñar así es el telón de fondo de un hermoso lugar en donde los pájaros desde el suelo y desde el cielo comienzan una sinfonía que jamás se detiene el azul del cielo claro a veces se presenta perfecto ni una sola nube perturba su majestuosidad la paz y la calma es lo que se respira en aquel hermoso sitio quizás muchos quisieran tener el privilegio de habitar en un lugar donde puedes caminar gran parte del día sin llegarte encontrarte en ningún momento con algún vecino en ninguna de las direcciones andrés nació y se crió ahí y a pesar de que su padre jamás supo de su existencia los pocos años que su madre lo pudo acompañar antes de fallecer los atesora en su mente como imágenes vagas que cada vez se difuminan más mientras lentamente deja de ser un joven y el tiempo que apacible transcurren tal idílico lugar lo transforma lentamente en un adulto joven su vida siempre estuvo rodeada de belleza la hermosura de los siempre y el cariño sincero que un par de abuelos le inculcaron mientras lo creaban está demás decir que no existe un lugar en que su hermosura logre apaciguar la muerte de un ser amado y ese fue el tormento más intenso que andrés con tan solo quince años tuvo que vivir la partida de su abuelo el hombre que le había enseñado todo lo que sabe deste cómo reconocer si el próximo día llovería hasta cómo elegir las semillas sabe cuadras para sembrar el próximo año para su abuela tampoco fue algo sencillo la partida de su gran amor luego de su fallecimiento se fue apagando cada vez más con el pasar de los años andrés no se saben sus intentos de animarla cada tarde la tomaba del brazo y paseaban por el jardín mirando las flores que él cultivaba para ella animoso llenaba el antiguo y abollado falte metálico una y otra vez mientras las plantas parecían agradecer liberando aún más intensos colores la abuela se sonreía sin decir palabra alguna porque sus ojos la delataban la tristeza se había apoderado completamente de ella y a pesar de que andrés no paraba de inventar situaciones que le alegrarán como el cenar juntos pequeños canastillos de mimbre con los huevos que las gallinas ponían mientras se reía e inventaba el nombre a los pollos de aspecto gracioso andrés ya no era un niño llena algo más que un jóven y con temor pero también con decisión tuvo que empezar a dejar sola la abuela de vez en cuando para poder abastecer su hogar a pesar que se levantaba antes de que el sol despuntar a las labores de áreas del campo y era atender lo mejor posible su anciana y postrada abuela le impedían poder amasar y hornear pan o preparar comidas más elaboradas por esta razón y a pesar que a él no le gustaba serlo comenzó a viajar un par de días