Dracula Dossier 38 - Roma. El discípulo. 6w683l

Hotel Ponderbourg, Palacio Ponderbourg, en la diena ocupada.

En realidad es un edificio completamente vacío. Su techo se desplomó al menos en una de sus salas hace algún tiempo por efecto de las bombas.

Y lo único que queda habitable es la primera planta que proporciona un refugio seco y más o menos discreto y agradable a quien pueda aprovecharse de ello. Esta noche, la noche de 1948, y a través de las ventanas de los cristales entablados, se puede ver de vez en cuando un haz de luz de las patrullas soviéticas que recorren la ciudad. Viena es ahora una ciudad ocupada por los aliados. Cada potencia controla una zona específica.

Y ahora mismo el control soviético ha cerrado la ciudad a cal y canto y Oso, León, Gorrión y Urraca están dentro del Hotel Ponderbourg. Y dentro de esta Viena para cazar a Carmila. La ciudad está recuperando la normalidad, poco a poco y con muchas dificultades, pero hay un toque de queda y muchos de los edificios muestran los estragos de la guerra.

Las patrullas de soldados, los militares de las potencias aliadas, los restos de los simpatizantes nazis, las noches que de forma clandestina intentan resurgir y recuperar lo que era esta ciudad hace cinco o seis años, el mercado negro y muchos secretos. A vuestro alrededor un espacio despejado. Han saqueado prácticamente todo lo que era saqueable.

Apenas quedan algunos muebles y todo está lleno de polvo y silencio. ¿De qué están hablando Gorrión, León, Oso y Urraca en esa primera noche de Viena? Imagino que nos vemos sentados a la luz de un candil bajando la intensidad al máximo para que no se vea en el exterior esa claridad y un poco muriendo en orden. Los objetivos lo tenemos claro pero los remarcamos una y otra vez. Estamos cenando algo que hemos podido obtener y apurándolo al máximo con un trago de un vino barato.

León escupe un trozo de pollo a la brasa. La piel quemada todavía le huele a pelo quemado. Esa piel de pollo le trae recuerdos recientes así que escupe un pedazo de pollo al plato sin demasiada delicadeza. Al final Oso todo es violencia. Matar nazis, matar monstruos, matar vampiros, matar pollos y empujo al plato mirando a Urraca. Cómetelo tú si quieres.

Yo te miro porque estoy de pie, te miro por encima del hombro porque estoy con la mano abriendo un poquito la cortina para mirar la calle, para ver cómo pasan esas milicias y esos jeeps del ejército que están patrullando la ciudad. No tengo hambre, se me ha quitado el apetito.

¿Y tú cómo estás? ¿Cómo está ese hombro? Le pregunto a Gorrión. En vista de que nadie parece querer comerse ese pollo, yo acabo de estar mordisqueando deliciosamente.