
Diferencias entre la pubertad y la adolescencia... con María Margalejo 6q2r4g
Descripción de Diferencias entre la pubertad y la adolescencia... con María Margalejo 48192v
Edades comprometidas, cambios constantes, descubrumientos inopinados y aceptaciones necesarias. De todo ello nos habla la sexóloga María Margalejo. Al desnudo», es un espacio para hablar de sexo, sexualidad y erótica, atendiendo las demandas más habituales, para desmitificar y romper tabúes. 496fc
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Perfecto, seguimos adelante. Ya tenemos aquí a nuestra sexóloga de cabecera.
Ella viene desde Nemesis Sexología, se llama María Margalejo. Ustedes la conocen perfectamente y yo sé que las siguen, porque el tema que nos trae habitualmente, ese es su tema, a todos nos interesa. Hola María, ¿cómo estás? Hola Paco, buenos días. ¿Cómo va? Pues muy bien, acabando ya el curso.
Acabando el curso, estamos en mayo. Es que María no para de ir por colegios de uno y otro lado y, claro, el curso acaba ya. Falta un mes y poco.
Sí, de hecho, al final del capítulo os daremos la fecha con la que trabajaremos con las familias en Binefar. Muy bien. Así que... ¿Vas a estar pronto? Sí, la semana que viene.
Bueno, pues ahora lo comentaremos, antes de despedir este espacio, que hoy nos va a hablar nuestra María Margalejo de... Pues hoy vamos a hablar, Paco, de la diferencia entre la pubertad y la adolescencia, porque muchas veces pensamos que, bueno, sobre todo va a estar más orientado hacia las familias, para que puedan acompañar en estas etapas, que a veces pensamos que a partir de la pubertad ya del tirón vendrá luego la adolescencia y hay veces que puede tardar un poco más o menos, porque la adolescencia depende más de un nivel madurativo.
Y cada persona es un mundo también, ¿no? Exacto, sí. De hecho, en clase, cuando me preguntan los niños y niñas para ubicar un poco las edades en las etapas de la vida, la adolescencia es una etapa que sabemos cuando empieza, que es alrededor de los 14 años, pero nunca sabemos cuándo acaba, porque como hace referencia a todo lo madurativo, pues habrá personas que maduren un poquito antes o un poquito después, ¿no? Que realmente se madura mucho más tarde. Las chicas antes siempre que los chicos.
Sí, sí, por forma general, sí, bueno, biológicamente, hombres y mujeres somos diferentes, por lo tanto, cómo se compone nuestro cerebro y esas conexiones cerebrales también son distintas. Física y anímicamente, ¿no? La maduración de una chica es anterior a la de un chico. Además, se puede comprobar cuando uno se relaciona con uno y otro, ¿no? Una chica y chico de la misma edad es que tiene comportamientos diferentes. Ella, mucho más adultos que él, que sigue pensando en otras cosas. Bueno, son tres los factores que decimos que intervienen en cómo los hombres y mujeres vivimos la sexualidad de manera diferente.
Y son el factor biológico, ¿no? Los chicos, siempre digo lo mismo, pues tienen la hormona de la testosterona. Nosotras, en cambio, tenemos progesterona, astrógenos y un poquito de testosterona. ¿Esto qué implica? Que los chicos, por ejemplo, nacéis sin fertilidad, luego os convertís en personas fértiles, ¿no? A partir de la pubertad, cuando empieza la creación de espermatozoides y de semen, y ya os quedáis así para toda la vida, ¿no? Es decir, sois lineales hormonalmente hablando. En cambio, las mujeres nacemos sin fertilidad, luego somos fértiles y luego volvemos a no ser fértiles.
Dejáis de serlo. Claro, somos cíclicas, somos circulares y, además, cada mes tú tienes cuatro fases distintas, cuatro semanas distintas de tu menstruación. Por lo tanto, dentro de cada mes, tú también eres cíclica. Entonces, siempre hago la misma pregunta. —Sois más complejas de todo, ¿eh? Se miren por donde se miren. —Yo siempre pregunto a él qué tienen en común una línea y un círculo. Nada, ¿no? Por lo tanto, hombres y mujeres, biológicamente, es cierto que no tenemos nada que ver.
Luego hay otro factor, que es el factor fisiológico. Cuando hablamos de genitales, cuando entro a las aulas y pregunto, venga chicos, chicas, genitales masculinos, lo tienen muy claro, siempre dicen, el pene, vale, fenomenal, genitales de las chicas y siempre me dicen, el útero, el útero, no, los ovarios, no, la vagina, no tampoco, ¿cuál es? Pues es la vulva, no, pero normalmente no sale de ellos ya esta palabra o este mensaje porque el otro factor que afecta es el factor más social, el cómo estamos educados. —Yo iba a decir el desinformativo, no estamos bien informados. —No estamos bien informados, eso está claro, están bombardeados y no están bien informados, pero también lo que tenemos es que a los chicos se les educa siempre con mensajes mucho más explícitos y a las chicas en cambio con mensajes pues más desde el silencio y esto hace que pues en cuanto a los genitales o a cómo vivimos nuestra sexualidad también haya muchísimas diferencias y eso es lo que hace que hombres y mujeres seamos diferentes.
—Complementarios. —Exacto, ni mejores ni peores. —Perfectamente complementarios.
—Bueno, depende, depende de quién lo mire, de cómo se mire, de la etapa, pero al final...
—Hablamos de hombres y mujeres, también las personas en general son complementarias. —Sí, claro, eso está claro. —No nos vamos a quedar solamente en la relación hombre y mujer, pero en este caso y por las diferencias que tú estás comentando, bueno, pues viene como anillo al dedo el hecho de hacer referencia a esa complementación, pero un hombre y un hombre efectivamente, por forma de ser y por todo lo que uno quiera, pueden ser complementarios. —Hombre, y tanto que sí, estamos hablando a nivel de diferencias biológicas o de diferencias de desarrollo. —No dirás que me he ido por otros terroceros.
—Sí, de relaciones eróticas, eso está claro, si no estaríamos hablando de más sexos.
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