La desconcertante desaparición de la niña del impermeable verde 1t3z5z

Crímenes y criminales, con Luis Martín Edvalles.

El caso de la extraña desaparición de la chica del impermeable verde, de la niña del impermeable verde. Es uno de esos casos fríos, casos sin resolver, que los investigadores del Reino Unido tienen siempre muy presente. Es como uno de esos casos míticos de los que hablan mucho, que siempre surgen en las charlas sobre estos casos que se quedan sin resolver. Está lleno de misterios, está lleno de incomprensiones, y durante mucho tiempo se intentó resolver. Todavía se buscan respuestas a todas las preguntas que surgieron. Por desgracia, aquellos que la buscaban porque eran sus familiares más directos, ya ni siquiera están entre nosotros.

Durante más de ochenta años se ha intentado comprender la desaparición de aquella niña de seis años del impermeable verde. Sheila había salido de la escuela, como era su costumbre, aquel 18 de agosto de 1944. La Segunda Guerra Mundial estaba muy presente en el ambiente y esto asustaba a la gente. Había salido a las cuatro de la tarde de ese colegio. Todas las personas que le vieron salir del centro educativo pensaron que iba de regreso a su casa.

Sus compañeros de clase fueron preguntados si la habían visto después de salir del colegio. Algunos dijeron que la habían visto en la puerta exterior de una panadería. También otros, varios compañeros e incluso algunos peatones, aseguraron haber visto a esta niña del impermeable verde con un hombre bien vestido, delgado y que tendría entre 25 y 30 años. Era un hombre que la acompañaba. Algunos dijeron que la vieron caminando junto a él. Otros llegaron a especificar que iban en bicicleta y que ella iba sentada en el manillar.

También hay testimonios que aseguran en ese agosto de 1944 haberle preguntado a la niña qué estaba haciendo, a dónde iba y que ella respondió, voy con este hombre.

Según contaba la policía, aquel hombre fue visto en las cercanías de la iglesia parroquial de Atherton y fue luego camino hacia Lake. Para la noche de aquel día quedaba claro que Sheila había desaparecido. Se cuenta que la policía y los vecinos recorrieron las calles cercanas a su casa, a su colegio y todas las que había de camino, gritando su nombre, llamando a Sheila. Todo el mundo desesperado por encontrar a la niña, que no emitió respuesta alguna. Se registraron los refugios antiaéreos, los edificios de las zonas de granjas que había la zona también.

Muchos voluntarios fueron a los campos de alrededor, buscando entresetos, entrematorrales. Iban pasando las jornadas, iban pasando los días y los temores cada vez estaban más claros con Sheila. No se le iba a poder encontrar. El caso es que hay que tener en cuenta que estamos en la Segunda Guerra Mundial, todo bastante candente, incluso hubo algunos soldados antiaéreos, algunos de los que estaban alistados en el ejército, sobre todo los más novatos, fueron enviados a buscar a la niña. Se ayudó todo lo que se pudo. Hubo varios días en los que se buscaba a la niña.