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En este audio artículo, Estefanía Hernández Aguirre —Nutricionista Clínica, especialista en Ciencia de los Alimentos Funcionales— comparte una historia tan científica como profundamente humana. Estefanía es una mujer latina viviendo en Canadá y desde su experiencia personal con la depresión, nos lleva a descubrir cómo la alimentación puede ser una pieza clave en el tratamiento y la prevención de esta enfermedad que afecta a millones. Con un enfoque basado en evidencia, Estefanía revela la poderosa relación entre el intestino y el cerebro, cómo la nutrición funcional puede modular los neurotransmisores del ánimo y por qué cuidar lo que comemos es también una forma de cuidar lo que sentimos. Este episodio es una invitación a ver la salud mental desde otra perspectiva: una donde la ciencia, la cultura y la compasión se encuentran en el plato. 🔊 escucha el episodio completo en las plataformas de podcast y en www.latinshotmagazine.com Sigue a Estefanía en: www.instagram.com/nutricionistaestefaniah - - - Latin Shot Magazine: 🎯 El primer audio magazine de Toronto con artículos de interés para la comunidad latina / hispana de Canadá. 426z15
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Hola, mi nombre es Estefanía, soy orgullosamente mexicana, de profesión soy nutricionista clínica con una especialización en ciencia de los alimentos funcionales, pero antes que todo eso, soy una mujer latina viviendo en Canadá, que hace unos años experimentó la depresión en carne propia. Quiero hablarte como profesional, pero sobre todo como alguien que ha estado ahí, en esa niebla mental, en ese cuerpo cansado, sin energía, en esos días donde hasta prepararte un cereal parece una actividad imposible.
Hoy quiero compartirte cómo la nutrición funcional basada en ciencia me ayudó a salir adelante y cómo puede ayudarte también a ti o a las personas que conozcas que padecen depresión. Y ya que la depresión no es solo tristeza, es una enfermedad que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. En mi caso no empezó de golpe, fue como una desconexión lenta, dejé de tener hambre, dejé de disfrutar las cosas que amaba, perdí la energía, me dolió el cuerpo, me costaba mucho levantarme, aunque lo hacía, porque si muchas veces la depresión te hace ver completamente funcional.
Y bueno, como latinos, tú sabes, toca levantarse, a construir nuestros objetivos en este país que nos abrió las puertas, aún y con los terribles síntomas. Estos fueron mis síntomas, he tenido pacientes que también presentan falta de concentración, pérdida de memoria, que yo también experimenté, inflamación digestiva, dolor, constipación, ideas sobre no querer estar más aquí. Como nutricionista lo sabía en teoría, pero vivirlo fue otra cosa. Me di cuenta de que la salud mental no puede separarse del cuerpo y ahí empezó mi camino real, implementando la nutrición funcional y viendo sus beneficios, ya no sólo en mis pacientes, sino también en mí.
La nutrición funcional puede prevenir, modular y acompañar el tratamiento de la depresión. Este enfoque no cuenta calorías, ni te pone a dieta, busca entender qué necesita tu cuerpo para sanar, evaluar la salud digestiva, tus hormonas y cómo los nutrientes impactan tus neurotransmisores. Es personalizada porque cada cuerpo y mente viven distinto. Obviamente no reemplaza la terapia psicológica ni los medicamentos, los complementa, por eso puede marcar la diferencia.
Ahora, quiero que recuerdes algo súper importante que impacta tu salud y podemos trabajar con los alimentos. La salud mental está profundamente conectada con la salud intestinal. El intestino y el cerebro se comunican todo el tiempo a través de una red llamada eje intestino-cerebro, donde el nervio vago juega un papel clave.
También se comunican mediante neurotransmisores, hormonas y otros compuestos antiinflamatorios e inflamatorios. Más del 90% de la serotonina que nuestro cuerpo produce, ya sabes, la serotonina es este neurotransmisor que influye en el ánimo, el sueño y el apetito, y esta serotonina se produce en el intestino, no en el cerebro.
Esto es posible gracias a ciertas bacterias intestinales que utilizan la fibra de nuestra dieta, que se encuentra en frutas y en verduras, para producir ciertos compuestos que ayudan a reducir la inflamación y mejoran la función cerebral. Cuando la microbiota intestinal está en equilibrio, favorece la producción de neurotransmisores que son llamados dopamina, serotonina y gaba. Eso se traduce en tener menos ansiedad, mejor calidad del sueño, menor inflamación cerebral y mejor respuesta al estrés.
Cuidar tu digestión entonces también es cuidar tu salud mental, y esto no es una moda, es ciencia.
¿Por qué los nutrientes son tan importantes para regular tus neurotransmisores? Imagínate que, a través de muchas investigaciones, la ciencia ha demostrado que ciertos nutrientes pueden modular esos neurotransmisores relacionados con nuestro estado de ánimo, con nuestra motivación y con nuestro bienestar emocional. Aquí hay algunos de los más importantes. El triptófano, que es el precursor de la serotonina, la hormona de la felicidad, que lo puedes encontrar en alimentos como el huevo, el pollo, el pavo, semillas de calabaza, el plátano, garbanzos y lácteos.
Se ha demostrado que cuando tenemos niveles adecuados de triptófano, mejora el estado de ánimo y nuestra calidad del sueño. Otro nutriente importante es el magnesio y la vitamina B6. Estos ayudan a producir la serotonina y el gaba. Hay diferentes alimentos en nuestra dieta, fáciles de conseguir, como la espinaca, las lentejas, el aguacate, el cacao, las semillas de girasol y las semillas de sésamo. La deficiencia de magnesio se asocia con la
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