
Dante Gebel #925 El calendario de los tontos 6z2j6f
Descripción de Dante Gebel #925 El calendario de los tontos 4up3u
Para cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas, debemos dejar de lado la negociación, la postergación y la pereza. Postergar la obediencia es desobedecer. Puede que nunca más escuches la voz de Dios como hoy. Cientos de oportunidades y milagros desaparecen si permitimos que “el ladrón del tiempo” entre en nuestra vida. Pero cuando estamos dispuestos a arriesgarlo todo por seguir nuestro llamado, no hay nada que Dios no pueda hacer en nosotros y a través de nosotros. Sólo los tontos y los necios usan el “mañana”. Hay que despertar, sacudirse el polvo y moverse, porque ni las intenciones, ni la oración, ni el ayuno pueden reemplazar a la acción. ¡Un mensaje retador! 64292i
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
El mensaje de hoy, aunque si bien es para todos, como cada fin de semana para los que estamos aquí y los que están en casa, yo percibí desde el inicio, y percibo que va dirigido para alguien en especial, o para ciertas personas puntualmente. Insisto, es para todos, pero sentía que para alguien en especial que ha estado orando para tomar una decisión trascendental, y siento que Dios arregló una cita para los que estés aquí en el arena, o ya sea que estés mirándome desde casa, para hablarte, para hablarnos puntualmente. Y especialmente también me habla a mí, porque yo siempre estoy en medio de un proceso, siempre estamos viviendo una temporada, siempre estamos en medio de un proceso que nos va a llevar a algo más grande, y ese proceso que uno atraviesa, es necesario atravesarlo con una palabra direccional, con una palabra clara, sabiendo que Dios está en el asunto, por eso percibo que este es uno de esos mensajes parteaguas, punto de inflexión, que será determinante para muchos.
Durante esta semana yo pensaba, ¿cuándo fue que comenzó esta tradición de preguntarle a nuestros hijos, a nuestros niños, qué quieres ser cuando seas grande? Siempre había un tío que nos lo preguntaba, si no eran nuestros padres era un padrino, ¿qué vas a ser cuando seas grande? Y yo digo, es imposible que un niño de siete años u ocho o nueve tenga una idea realista, cabal, sensata, de lo que quiere ser de adulto, no tiene la menor idea. La mayoría queríamos ser astronautas, las chicas bailarinas, actrices, uno sueña futbolista en las grandes ligas de Europa, uno tiene esos sueños cuando todavía no están tamizados por la realidad, por las posibilidades, uno sueña y piensa que no hay nada imposible. De hecho yo creo que hasta es imposible que alguien a los dieciocho sepa qué va a ser en su vida adulta, porque todavía el cerebro no se ofenda en los que tienen dieciocho o menos, pero el cerebro no ha alcanzado su madurez plena, aunque diga yo soy madura, no, pero todavía falta, el cerebro sigue madurando y sigue cambiando y sigue mutando y creando nuevas conexiones neuronales.
Pero sería muy bueno que desde nuestros primeros años tuviéramos una claridad absoluta acerca de nuestro futuro. Entonces muchos llegan a la edad adulta con la frustración de que la vida que están teniendo no es la que querían tener o la que habían soñado. De pronto uno como adulta o adulto se mira al espejo y no le gusta el reflejo porque dice no era lo que yo creía o soñaba cuando niño. Y no es que cambiamos de opinión necesariamente, es que a los veinte, a los veinticinco, aún a los treinta, algunos no teníamos idea de lo que queríamos y hoy para algunos ya les parece demasiado tarde. Algunos sienten esa sensación extraña de que la vida les pasó, que la vida les pasó por encima, en lugar que la vida fuera lo que hubiesen querido que fuera. Pero sintieron de que bueno, a sobreviví, qué sé yo, me mantuve respirando, lo cual no es poco, pero no pude coincidir con esos sueños que tenía de niño, no pude alcanzar las visiones que tenía.
Entonces hay de los que dicen bueno, simplemente se me pasó la vida, no sé cómo pero se me pasó la vida. Luego también está esa gente, los menos, que es talentosa desde que nace y tiene un talento y tiene un don que les demanda sus vidas. Hay psicólogos que disienten con otros, en el caso de los que dicen que hay talentos que viajan por nuestros genes y hay otros que provienen del entorno, de la capacitación y es una eterna discusión. Pero yo sé que hay mucha gente que nace con un talento, con un don y hasta con una asignación especial. Yo no creo que Mozart tuvo elección de lo que iba a ser en su vida y está claro que Michael Jordan no nació para las matemáticas. Cuando nació, ya sus padres veían que tenía una inclinación al deporte. Cuando tienes 8 o 10 años y te llamas Messi, juegas al fútbol. Porque eso está con uno y los que lo recuerdan del chiquito dicen sí, este hacía piruetas con una pelotita de trapo, con una pelotita de tenis.
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