La Dama de los ojos sin brillo 4a2w1y

Cuentas de viejas de sin brillo un frío herida me despertó no se qué hora siento gemio uniéndose a la música del festejo la estremecedores combinación pie trajo a las mentes esta tradición que hoy hace poquito en toledo la noche de sara el patio ofrecía un aspecto singular las ciruelas lourdes cornetas pífano laúd taxista cabo noches resonaban en el curso patio donde diseminados sin orden ni concierto se veía una viga ratas multitud de invitados unos riendo colocas carcajadas de las cabriolas de un empujón los otros refiriendo aventuras de amor o milagros recientemente acaecidos aquellos concentrados mientras avanzaba para mantener el control de sus extremidades y los demás allá coqueteando con el objeto de su deseo los presos chillar este los muros contenían aquel revueltos signo de acordes musicales risotadas rumores ficheros por todas partes a donde se volvían los ojos se veían oscilaría ejecutarse en distintas direcciones a los más ilustres rostros de la corte damas con ricas vestiduras escapadas en hora con red este perla está presionando esos joyas con propia cambiando sobre su seno por otro lado alegres toros de galanes con tal artes de terciopelo puñales con pombo desfile filigrana y es toques de la ley la chispeante luz tiene un sinnúmero de lámparas y candela bros de bronce plata y oro se reflejaba en las serias que descansaban sobre los arcos bajo uno de los cuales se hallaba el hecho de corta recién nombrado consejero de hacienda y escribano de finanzas del emperador la medianoche sólo en el reloj de juan ordesa sur se detuvieran sobre en ese mismo instante se al festejo atravesando las esferas columnas cenar entre las que a duras penas se la distinguida la gama se perdía entre aquella multitud brillante y deslumbrados que a cada hora que implicaba su número de edad antes quien era cuál era su procedencia sánchez que dominaba la corte mejor que la palma de su mano habría jurado conocer a todos sus y allegados sin embargo es la primera vez que descubría semejante reina de la hermosura su corazón latía desbocados este que su vista reparará en ella sus sangre sea remolina va con más vehemencia que las ollas tajo quién era debía calmar su curiosidad debía que marzo se disculpa no este logro escabullirse del grupo con el fiero deseo de encontrar a la joven que laberintos deportados bailes muchos y reclamaciones recorrió el patio de norte a sur de este a oeste escudriñó cada grupo caramba cada rincón del patrón ni rastro nadie parecía