El Continuo de Gernsback - Un relato de William Gibson 6z2n6q

El continuo de bach de william jackson misericordioso mente esa cosa ha comenzado a difundirse a volverse un episodio cuando todavía me llega en esas antiguas visiones son periféricas meros fragmentos confinados en el rodillo del ojo simples fragmentos cremados de un doctor loco estaba ese transporte con forma de alá volando sobre san francisco la semana pasada pero ya era casi eternas lúcido y los descartables con aletas de tiburón se han vuelto un frecuentes y discretamente las autopistas evitan convertirse en los resplandeciente monstruos y ochenta carriles donde estuve obligado a conducir el mes pasado con mi toyota de alquiler y sé que nada de eso me va a perseguir a esta nueva york mi visión se está reduciendo a una única frecuencias de probabilidad me he esforzado mucho en ello la televisión me ha ayudado bastante supongo que todo empezó en londres en esa falsa taberna griega debates y para cuando el almuerzo de la corporación de inversiones de cohen una insípida comida al vapor y aún les costó treinta minutos encontrar un billete con hielo para el rey china cohen trabaja para barris what fuerza la cual pública libros de gran formato rústica a la moda sobre artesanías industriales historias ilustradas de los letreros de neón de las máquinas del millón de los juguetes de cuerdas del japón ocupado había ido a fotografiar una serie de anuncios de zapatillas deportivas chicas californianas con piernas pronunciadas y juguetona zapatillas fósforo decentes me habían estado gastando bromas desde abajo de las escaleras mecánicas el saint john wood hasta los andenes putin beach una joven agencia ambiciosa y poco rentable había decidido que lo misterioso del transporte londinense vendería zapatillas volcanes hablas de nailon ellos deciden yo fotografió y cohen al que yo conocía vagamente de los viejos tiempos de nueva york me había invitado a almorzar el día anterior a mi salida desde egipto trajo consigo a una joven vestida muy a la moda llamada de alta dawkins la cual virtualmente no tenía barbilla y era una reconocida historiadora de arte pop al recordar la la veo caminar al lado de cohen bajo un letrero de neón colgante que desde ya va por aquí se va a la loca cura en grandes letras y en remate cohen nos presentó y explicó que día alta era la primera promotora del último proyecto de barres what force una historia de lo que ella llamaba la aerodinámica modernidad americana su título de trabajo era la futuro póliza aerodinámica el mañana que nunca llegó hay una obsesión británica por los elementos más barroco de la cultura pop americana algo parecido al fetiche vaquero indio propios de los alemanes o ala aberrante ficción sa por las películas del bueno de hierro y luis esto se manifestaba en día alta tours en manía por una forma única de arquitectura americana de la cual la mayoría de los americanos apenas son conscientes al principio no estaba seguro de lo que estaba hablando pero poco a poco convencía caer en la cuenta me encontré recordando la televisión de los cincuenta los domingos por la mañana algunas veces en las emisoras locales pasaban como relleno viejo rollo rayados de peliculas sentaba a hay con tus and white mantequilla de cacahuete y tu vaso de leche y un pomposo y estático bari tono de hollywood te contaba que tendrías un coche volador en tu futuro luego trece ingenieros de detroit se movían alrededor de un viejo nac con aletas y más tarde lo bellas correr a toda velocidad por una pista de cierta de michigan realmente nunca lo veías despegar pero seguramente volaba hacia la tierra de nunca jamás de día alta doors el auténtico hogar de una generación tecno fila sin ningún tipo de inhibición estaba hablando sobre estas curiosidades de los futurista eco en américa pasas diariamente al lado de la arquitectura de los treinta y cuarenta los cines con marquesinas estudiadas para transmitir cierta misteriosa energía los almacenes baratos con fachadas de aluminio canal lado las sillas de tubos colmados cubriendo se de polvo en los recibido de hotel de paso ella veía estas cosas como fragmentos de un mundo onírico abandonado en el despreocupado presente y quería que los fotografía se para ella los años treinta presenciaron la primera generación de diseñadores industriales americanos hasta los treinta