Conmemoración del 8M día internacional de la MUJER 3r5s1r

Venancio Blanco en la Onda. Un lugar para entrevistas, cuentos, historias y mucho más.

Bienvenidos a todos a nuestro programa de la radio Venancio en la Onda. Os saluda en el micrófono Jeremy Fuentes, acompañado de Darío Sancho, que os guiaremos en un recorrido por la historia, la ciencia y la literatura. Estamos encantados de contaros entre nuestros oyentes.

Esperemos que los contenidos que hemos elegido para hoy os resulten tan interesantes como a todos los que han colaborado en la creación de este espacio. No lo dudes, porque hoy tenemos un programa muy especial dedicado a conmemorar el 8M, el Día de la Mujer. Es una fecha para celebrarla todos juntos, hombres y mujeres, ya que la mejora de las condiciones y derechos de una parte de la sociedad nos afecta a todos como personas.

La igualdad construye una sociedad mejor y, como parte de esa sociedad, todos seremos los beneficiarios. No puedo estar más de acuerdo con lo que dices y por eso vamos a comenzar recordando un texto de una de las escritoras salmantinas con más premios y mayor consideración en el mundo de las letras españolas, Carmen Martín Gaite, cuyo centenario celebramos este año. Nosotros vamos a rendirle un pequeño homenaje leyendo unas palabras muy adecuadas para este día.

La literatura se introduce en nuestras vidas de una forma insensible y progresiva y no sólo va conformando el pensamiento, sino prestándonos sus propios ojos, es decir, proporcionándonos patrones con arreglo a los cuales mirar lo que pasa, escuchar lo que nos cuentan, adornar nuestros sueños e interpretar los hechos de la propia novela vivida.

La literatura siempre nos permitió participar desde una especie de grato escondite en las escenas representadas ante nuestros ojos fascinados y ansiosos. Agarró con fuerza aquella mano implorante que tendíamos al vacío, nos asomó al proceso que transforma las conductas y hurde las historias, nos enseñó por primera vez en la vida la trampa de esa vida y empezó a desvelarnos por qué las personas son como son, sufren como sufren y mienten como mienten.

Hoy ha caído en desuso el adjetivo de novelera, con el que era costumbre calificar, siendo ya niña, a cierto tipo de mujeres. Tardé en captar el sentido que las personas mayores daban a este vocábulo. No sólo se solían aplicar, con gran sorpresa mía, a aquellas mujeres que mostrasen una particular afición a la literatura, entre otras cosas porque en Salamanca, ciudad en la que yo nací y me crié, ese era ciertamente un espécimen más bien escaso en aquel tiempo, sino cómo pude ir sacando en consecuencia luego a las que no se reconocían demasiado satisfechas en el seno de los argumentos rutinarios que formaban la trama de su vivir y para paliar aquel descontento.

Años más tarde, cuando me fui topando en estratos progresivos de mi asalto al castillo de la letra impresa, con esa serie de mujeres recluidas entre cuatro paredes que nos presenta la literatura y que, desde la Marisa Vidilla, que oculta un libro en la faltriquera, hasta Madame Bovary, aspiran a contarse su vida de otra manera y purgan con la desgracia la hoguera fugaz que las novelas encendieron en su fantasía.

Vine a deducir no sólo que la mujer novelera había existido siempre, sino que era la misma literatura la que, al rescatarla de la vida, podía haber definido su imagen como ejemplo propuesto para ser rechazado. A mis paisanas no se las tachaba de noveleras porque leyeran pocas o muchas novelas, sino porque, en su deseo de escapar de la realidad, se adivinaban resonancias de aquellas otras heroínas de las novelas, que se perdieron por leer novelas y soñar con vivirlas.

Una vez más, allí a mi alrededor, y poco a poco también dentro de mí, dentro de mí misma, se reencarnaban en mujeres insatisfechas, asaltadas por la misma tentación en que ellas habían caído de contarse su vida como una novela, único recurso al que podían agarrarse para hacerle frente y aguantarla. Aunque hemos presentado este programa como una reivindicación del 8M, queremos recordar que el domingo 11 de febrero se celebró el Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció esta efeméride anual con el objetivo de reconocer el papel fundamental de las mujeres y las niñas en la ciencia y en la tecnología. Por eso, hemos invitado a varias alumnas de segundo de la ESO y bachillerato para conocer proyectos e investigaciones en los que están implicadas.