EL CEREBRO DETRÁS DEL PLAN TRUMP: EL PROCESO COMPLETO en 5 PASOS (Mar-a-Lago y Steven Miran) 456b65

¿Qué tal, mis queridos amigos? ¿Cómo estáis? Bienvenidos a un nuevo viaje en el cascarón de nuez. Hace un par de meses, en un teatro Goya, repleto, llenísimo, en el evento de inversión racional, conté esto en la mesa de Geopolítica.

El 11-S cambió el mundo, el 11-S cambió la historia. El 11-S no cambió una mierda. El 11-S no cambió nada. Pero 90 días más tarde, llegó el 11-D, que fue la entrada de China en la OMC, la Aviación Mundial del Comercio, que cambió el mundo. De la mano de Estados Unidos.

Pues aquí lo tienes, 25 años después del año 2001. Estamos hablando de esa fecha de septiembre en Estados Unidos de América. O realmente lo que ha impactado en la situación en la que estamos viviendo ahora, en la que muchos expertos y analistas, catedráticos, eruditos, hablan de un nuevo orden mundial, viene precisamente, como digo, 25 años después de aquella decisión que Estados Unidos aprobó y firmó igualmente de meter a China en la Organización Mundial del Comercio.

Desde entonces han cambiado muchas cosas que nos han traído hasta aquí. Y lo que ha ocurrido también es que hasta el año 18-19 el déficit comercial de los Estados Unidos de América en general y con China en particular, empezó a convertirse en algo insostenible, mientras igualmente también la deuda neta del país iba creciendo de una manera desaforada. Algo que nadie pudo parar ni cambiar.

Y ahora llega este electroshock. Hay una pequeña diferencia del electroshock a la economía argentina. Por cierto, hablando de paralelismos, y es que la economía estadounidense sigue siendo la más fuerte del mundo, sigue siendo la más dinámica y sigue siendo la más influyente le pese a quien le pese. Por lo tanto, son dos situaciones completamente distintas y separadas.

Así que vamos a ver en este vídeo si podemos desgranar, si podemos explicarte, servirte de una manera desapasionada, pero intensa, las claves, más allá de personalismos, más allá de formas de ser, más allá de bravuconerías, qué es lo que pretenden los Estados Unidos de América, capitaneados por Donald Trump, a su manera y cómo puede esto impactar tanto en la economía de ese país como en el nuestro, intentando aportarte cosas frescas, cosas nuevas.

¿Te parece que empecemos? Vamos pasito a pasito.

Aranceles para todo el mundo. ¿Y por qué para todo el mundo? Prácticamente para todo el mundo. Bueno, ya hemos visto en otras ocasiones, y lo tenemos calentito con el conflicto entre Rusia y Ucrania, que cuando se ponen sanciones muy fuertes, cuando se ponen barreras muy fuertes o permanentes a productos de una economía determinada, el mercado es como el agua. Se reorganiza, se mueve, busca las grietas del sistema para seguir filtrándose. Y hemos podido comprobar cómo, efectivamente, con el petróleo o con el gas ruso, Rusia ha tenido la posibilidad de reconfigurar sus socios comerciales y acabar vendiendo una parte importante. No vamos a decir que no le ha hecho daño a la economía rusa, porque eso sería mentir. Le ha hecho daño y bastante, pero Rusia ha conseguido reconfigurar algunos de los que eran los mejores productos que tenía para ofrecer al mundo y los que les dan el dinero y las divisas para poder seguir manteniendo su economía, en este caso una economía de guerra.

Por cierto, esta gráfica que te muestro sobre la reconfiguración de la ventra del petróleo de Rusia muestra muy bien esta foto que te quiero contar. E incluso los propios enemigos, como somos la Unión Europea, hemos seguido comprándoles petróleo de manera indirecta y gas de manera directa hasta hace muy poco tiempo. Así que cuando hablamos de aranceles para todo el mundo, lo que buscan es que no haya estos escondrijos o haya estas reconfiguraciones por las que los productos puedan encontrar vías intermedias en las que acabar atacando la economía estadounidense fuera de aranceles. Dicho esto, los aranceles tienes que tener muy claro que son una forma de impuesto igualmente para la sociedad, para la economía que los recibe.

El Estado canadiense ha hecho una campaña publicitaria inédita en la que ha llenado de cartelitos carreteras estadounidenses diciendo que los aranceles son impuestos para ti, algo inaudito, pero es que tienen una parte de verdad muy potente en lo que dicen los canadienses. Piénsalo bien. Si al final un producto, un bien de consumo, recibe un sobrecoste artificial en la aduana, primero de todo se asemeja muchísimo al IVA, porque al final es un sobrecoste que va a pagar todo el mundo, desde las clases más bajas hasta las clases más altas. Y al final lo que busca Donald Trump, entre otras cosas, es reactivar su economía interna reduciendo los impuestos, entre otras cosas como te estoy diciendo. Quieren reducir los impuestos, pero para reducir los impuestos encarecen muchos productos si no se reconfigura la cadena de suministro.

Al final el arancel depende del que está distribuyendo y vendiendo el producto y tiene dos decisiones que tomar. La primera es tragarse él el margen o una parte del margen que tenía para no subir el producto o repartir de una manera parcial o total la subida de ese producto en una parte la pago yo, una parte la paga el consumidor o toda la parte la paga el consumidor. Al final, si un distribuidor vendedor no está asumiendo el sobrecoste del producto, lo que ocurre es que tú estás pagando lo más caro. Resultado, estás pagando como una especie de IVA nuevo, que es el arancel que tenía el producto. Dos cosas. Estás pagando el producto más caro y sube el precio de los productos, por lo tanto aumenta la inflación. Y a corto plazo esto hace daño a la economía estadounidense y por eso, entre otras cosas, se está hablando ya de una recesión, de un porcentaje de recesión que desde que empezamos a hablar de este tema, no se ha hablado.