
¡Muy buenas gente! Soy Alex Blackneku, sed bienvenidos a MINIS. Un espacio en el que dedicaré episodios cortos a hablar de videojuegos especiales de forma más breve. En el episodio de hoy: DOOM ETERNAL REFIND SELF: THE PERSONALITY TEST GAME Espero que lo disfrutéis y, si os gusta, ¡Dejad un pequeño comentario! 6m341f
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Bienvenidas y bienvenidos a un nuevo Minis, en el episodio de hoy, Doom Eternal y Refined Self Personality Test Game.
La verdad es que los dos juegos de hoy se podrían comparar al agua y el aceite, al día y a la noche, a la cara y la cruz incluso, porque por una parte tenemos Doom Eternal, que es un juego de acción desenfrenada, violenta y visceral, y por otro lado este Refined Self es una pequeña experiencia en forma de juego narrativo de autoconocimiento, podríamos decir incluso, y con cierto toque existencialista.
Así que si os parece bien, ya hechas las introducciones, empezamos por la adrenalina y después ya vamos bajando en revoluciones con este pequeño, pequeñito indie.
Al igual que os comentaba un poco en el anterior episodio sobre Ninja Gaiden, no me gusta tener juegos pendientes de cierta saga cuando llega la nueva entrega de turno, y es por eso que quería encontrarme preparado para Doom The Dark Ages, ya que es uno de los juegos más esperados de este 2025 para mí, me atrevería a decir, y la verdad es que me alegro mucho de haberme puesto al día con la saga, no solo eso, sino que por recomendación de César de la taberna del androide incluso me atreví a probar el Doom original y Doom 2, que por cierto descontinué por lo continuista que me parecía la propuesta ya que Doom 1 ya me dejó bastante satisfecho.
Con Doom 2016 me pasó un poquito parecido, me quedé muy satisfecho, lo jugué incluso ya con Doom Eternal en el mercado, ya que no soy un jugador muy de shooters, y a pesar de que me gustó mucho, pero mucho muchísimo, pues es de esas cosas que dices, Doom Eternal ya lo jugaré y se te queda ahí pendiente.
El caso es que me alegro mucho de haberlo recuperado, porque es un pedazo de juego, Doom Eternal, que he disfrutado como un verdadero animal salvaje, pero antes de los disparos vamos a poner un poquito de contexto, aunque aquí la historia quede en segundo plano porque estamos ante un boomer shooter moderno con muchísima alma arcade y aquí lo que importa es cómo se juega, la verdad es que este Doom Eternal tiene bastante más historia de la que me esperaba en un primer momento, si bien arranca de una forma que no me terminó de convencer, ya que al principio da la sensación de que va a dejar su narrativa muy en segundo, incluso en tercer plano para seguir una estructura por misiones muy desconectadas una de la otra que al final puedan llegar a ser incluso solo una excusa para saltar entre diferentes escenarios o diferentes biomas, a medida que vas avanzando no es tan así, para mi alegría por cierto porque me lo paso muy bien con un juego basado en jugabilidad, pero igualmente me gusta tener un poquito de chicha en la parte narrativa para que me ayude a tirar hacia adelante más fácilmente, el caso es que Doom Eternal arranca justo al terminar los acontecimientos de Doom 2016, acabamos de cerrar los portales demoníacos de Marte y ahora parece ser que los demonios están en la tierra y decir que la han invadido seguramente es quedarse corto, podríamos decir prácticamente que la han dejado hecha una puta mierda, con perdón, y lo que buscan en la tierra los demonios no es otra cosa que cosechar las almas de toda la humanidad ya que de ahí obtienen cierta energía que necesitan para su mundo natal o por lo menos necesita la villana principal que aquí nos presenta la historia desde un principio y esto es más o menos todo lo que necesitamos saber, antes de ponernos ese casco de Doom Slayer que ya es una animación mítica me atrevería a decir y que pronto volveremos a repetir en escasos dos meses y medio, así que metidos en el traje del Doom Slayer toca saltar.