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La considerada herejía de los buenos hombres por la iglesia católica fue una de las crisis más importantes e interesantes de la Europa del siglo XII, acompáñanos a conocer a los cátaros, su origen, historia y trágico final. 1zw2f
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Muy buenas a todos, muy buenas a todas, y bienvenidos a la Arcadia.
En este accidentado y poco habitual retorno a la segunda temporada de la Arcadia, tu podcast, volvemos a la senda de los misterios históricos.
En efecto, ya en el anterior programa, que si no habéis escuchado recomiendo hacerlo, se ha tratado el tema de Mecha Ultra, pero me refiero a un misterio histórico de peso, de esos que crean afición, de los que atrapan porque además se extiende por la historia y de los que siempre te queda la duda, o quizá las ganas, de que de alguna manera haya una continuación en nuestros días.
Pero es que además, el asunto Cátaro, el asunto del que hablaremos hoy, es tan grande, tan enigmático, que su historia, bien documentada, ha dado lugar a preciosas teorías sobre objetos de poder y algunas bonitas leyendas, que trataremos durante este capítulo.
Hoy vamos a tratar de conocer un poco sobre el origen y, sobre todo, el desafortunado destino de los Cátaros, de los buenos caballeros y las buenas damas, que desde el sur de Francia tuvo una importante influencia en el mundo espiritual de la época, y que, si bien se fue asentando en Europa ya desde principios del primer milenio, fue una auténtica revolución desde mediados del siglo XII hasta su convulso final en el siglo XIV.
Hemos de pensar que estos llamados herejes vinieron a dar una vuelta al sistema de creencias imperante en esa parte de la Edad Media.
No debemos hacer a la idea de que la religión en esa época lo era todo en mayúsculas.
Solo hay que pensar en que su legado artístico y los estilos arquitectónicos que la fueron definiendo durante sus diferentes etapas siempre iban de la mano de los sacros, de los religios.
Y ante eso, una corriente de idealistas vino a poner patas arriba a toda la iglesia católica, lo que provocó que llegaran a ser objeto de una cruzada.
Comencemos.
Aquellos oyentes que recuerden haber escuchado alguno de mis episodios sabrán que siempre y como bien me enseñaron mis profesores de historia, me gusta plantear siempre una descripción detallada del contexto histórico donde se desarrolla la historia de la que trata el episodio.
En este caso, también voy a hablar de lo que se ha venido considerando el origen de la herejía católica.
Opino que sentando unas buenas bases hablando de las fuentes que la inspiraron nos será más fácil a todos entender su idiosincrasia.
Se dice que los albiguenses vivieron en gran parte y como tramo final de las enseñanzas del maniqueísmo.
Esta doctrina, de carácter gnóstico como tantas otras surgidas en esa época que a su vez bebía de influencias del zorroastrismo, fue fundada por el persa Amani a finales del siglo III d.C.
Esta religión tuvo una rápida expansión por el mundo conocido de entonces y en pocas décadas fue objeto de censura por parte de la naciente iglesia católica.
De hecho, ya en el año 382, Teodosio, el emperador romano que había decretado al cristianismo como religión oficial dos años antes, mandaba órdenes de perseguir y ejecutar a los monjes maniqueos.
De hecho, y según fuentes históricas, los maniqueos fueron especialmente perseguidos durante su mandato.
En todo caso, la doctrina maniquea vendría a decirnos lo siguiente.
Hay dos principios separados radicalmente, la luz y las tinieblas, existiendo dos principios en oposición, un dios bueno y un dios malo, un principio que es fuente del bien y un principio que es fuente del mal.
El mismo ser humano está compuesto de un yo demoníaco, identificado con cuerpo y alma, a su vez que el yo luz o yo divino se identifica con el espíritu que debe separar el alma del cuerpo, uniéndola al espíritu para la liberación final.
La segunda, que no única, seguramente de las influencias
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