El carisma de Jacob Collier 143l6v

Buenas tardes, mi nombre es Fernando Merino y les doy la bienvenida a mi cuaderno de notas, una mirada relajada a las artes escénicas.

El cuaderno de notas de Fernando Merino Hoy les propongo comenzar con el oído puesto en un músico singular y, lo más importante, ciertamente carismático.

Me refiero al londinense Jacob Collier, cuya discografía comienza el año 2016 debutando con In My Room, un álbum por el que recibió dos Grammys por los arreglos en dos de sus temas.

El año 2020, en plena pandemia, comenzó a darle forma a un trabajo, Jesse, repartido en cuatro volúmenes, y los dos primeros también fueron ganadores del Grammy.

De hecho, en tan solo los cinco primeros años de su carrera discográfica, recibirá un total de cinco premios Grammy.

¿Qué le hace tan singular, incluso tan carismático? Aunque él se proclama autodidacta, lo cierto es que Jacob Collier tiene estudios musicales e incluso ha desarrollado varias residencias en el emblemático MIT, o sea, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, que le construyó un armonizador que se ajusta a su trabajo, a su forma de trabajar en definitiva, basada en el uso extremo de la armonización.

Sus directos, ante grandes audiencias, se caracterizan por realizar múltiples armonías improvisadas en tiempo real, para lo que necesita la colaboración del público.

Les pondré un ejemplo.

Seguro que ustedes habrán vivido en más de una ocasión un concierto donde la costumbre del músico es repartir al público en bloques e invitándoles a practicar duduas en distinto tono, según la parte ocupada en la platea.

Pues bien, el carismático Jacob Collier es capaz de hacer esto con un público de miles de personas, convertido en protagonista de múltiples armonías en tiempo real.

Lo que van a escuchar es sólo un fragmento de lo ocurrido en una sala de Londres, convertido el público en un coro polifónico perfectamente organizado.

Escuchen.

Pero hay más.

Collier, que es lo que se conoce como un one-man show, es capaz de convocar a la National Symphony Orchestra, con su sede en el Kennedy Center de Washington, D.C., y hacer lo mismo que acabamos de escuchar, sólo que utilizando a las diferentes secciones de la orquesta para crear armonías múltiples.

Otra de las prácticas de Jacob Collier es hacer versiones de canciones emblemáticas utilizando al público como su coro particular.

Esto que van a escuchar es un fragmento de lo ocurrido en Lisboa.

Collier, al piano, interpretando el mítico tema de Queen, Somebody to Love, ve al público acompañándole y da lo mismo, los miles que sean, porque el magnetismo de Jacob Collier no conoce límites.

Escuchen esta maravilla en un estado real.