Capitulo 45 Martirio 5l658

Martirio, ¡mira bien, cabrón! Gritó César. ¿Qué? ¿Ya no eres tan valiente, potito? El hombre apretó la mandíbula de César con una mano y con otra abrió sus párpados. Estaban proyectando fotografías de cada marcha, mitin y activista identificado en el caso Olintla.

¡Vuélvele a ponérselos! Dijo otro de los hombres que se hallaba en la habitación oscura.

Al instante, acercaron unos cables conectados a la luz. El otro extremo, pelado, lo colocaban en los testículos de César.

Gritó nuevamente el activista. Don Eugenio había pagado mucho por las cabezas de los integrantes del comité seccional. Desde una ventana polarizada miraba con placer la tortura infringida a César. Odiaba profundamente a los maestros. César fue golpeado, desnudado y cortado.

No lo conocí mucho, pero es seguro que sus últimos pensamientos estaban puestos en su ideal y en su amor por la lucha que abanderaba. ¡Ay, este güey se nos petateó, jefe! Dijo uno de los matones hacia la ventana.

Lo dejamos con un mensaje en uno de los caminos para que lo vean.

Si no eres tan pendejo como te ves, nada más tienes la cara. ¡Órale! Antes de que se haga de mañana.