CAO #63 Famosos a los que se les fue la olla 225co

Cuéntaselo a otro, el programa donde nos liamos la manta a la cabeza, literalmente, con Mario Martín y Álvaro Obvies.

Cuéntaselo a otro. Cuéntaselo a otro.

Obvies, Obvies, Obvies, el botón. Se me ha quedado pillado el botón.

Cuéntaselo a otro.

Welcome people, bienvenidos, bienvenidas a otro capítulo más de Cuéntaselo a otro, tu podcast de confianza y cada día el de más gente.

El de más gente, claro que sí. Cada vez somos más y mejores.

Cada vez somos más en la monada.

Muchísimas gracias a todos y a todas por seguirnos en todos los lugares en los que estamos.

Estamos en everywhere y ya lo decimos, no queremos ser muy turras, pero es que hay que decirlo.

O sea, suscribirse y podéis suscribiros más todavía porque podéis ser y miembras y miembres y disfrutar de muchas cosas, un contenido muy chulo.

Podéis ver los capítulos antes.

Podéis decirnos de qué va el próximo capítulo.

Una taza y una camiseta gratis.

Y también una de las cosas más guays es poder ver los extras, los capítulos extras.

Y los capítulos estándar anticipadamente.

Se lo he dicho, se lo he dicho, se lo he dicho. Muchas cosas.

¿Por qué diréis? Porque por fin somos partners de YouTube.

Sí señor, aleluya.

Y todo esto gracias a vosotros.

Gracias a vuestras horas de escucha, gracias a vuestro número insaciable de gentecilla en la moneda.

Somos partners de YouTube.

Somos famosos.

Como de lo que te voy a hablar hoy.

Exacto.

No tan famosos, ¿eh? ¿De qué me vas a hablar hoy? ¿De famosos? Sí tío, te voy a hablar… Venga, te lo voy a decir ya.

Venga, dímelo.

Famosos a los que se les fue la olla.

¡Oh yeah! ¡Hay mazo! ¡Famosos a los que se les fue la olla! ¡Qué bueno, tío! Hay mazo, hay mazo. He hecho una selección.

¡Qué bueno, macho! Lo cual, ya sabéis que es muy en mí, pero que podría ser que hubiera una segunda parte en algún momento.

¡Oh, te creo capaz! Porque hay millones de famosos y millones de ollas a las que se les fue.

Entonces, eso es.

¡Qué bueno, Mario! Sí tío, te voy a hablar de algunos casitos de estos famous a los que efectivamente se les fue la olla.

Es que la fama a veces es complicat, ¿sabes? Espero que a nosotros no se nos vaya la olla, pero… Pero son famosos rollo famosacos.

¡Claro, claro! El hermano del tío… Sin ir más lejos, y para que así hagamos un poco de clickbait, te voy a hablar de lo de Will Smith, por ejemplo.

¡Ah, del bofetón! No, te imaginas de otra cosa.

No, no, claro, claro. Del slap.

¡Ostras, qué bueno! Es que vaya pirada de pinza, chaval.

Ya te digo, tío.

Os hablaré de él.

¡Qué bueno, macho! ¡Venga, va, va, va! Así que vámonos, ya está.

¡Me encanta! Vamos, vamos, directos. Bienvenidos.

Adentraos en este pequeñito mundo de Cuéntaselo a otro, amigos.

Si no lo habéis hecho ya, abrocharos las orejas, porque vamos a empezar… Un capítulo nuevo.

Por el principio.

Ah, vale, vale.

¿Y qué pasa? Que en este es verdad que no es que tenga mucho principio.

¿De qué te voy a hablar? Las ollas a presión son unos instrumentos que… No, o sea… Pero bueno, sí, venga, mira, te voy a… No sabía si hacerlo, pero venga, lo hago.

Venga, lo hago.

Vamos a hablar de esa delgada línea entre la genialidad y la locura.

Hoy en este programa, ¿vale? Y cómo hay famosos que no solo cruzaron esta línea, sino que la atropellaron marcha atrás.

Cruzaron el umbral.

Cruzaron el umbral.

Esto… Oigo… Dios mío, me han atacado.

Se nos desmonta el estudio, por favor, mirad esto, todos los que lo podáis ver.

Ha sido uno de nuestros carteles que ha decidido atacarme, pero ya está.

Ha decidido atacarle a un cartel de mono.

No pasa nada, esto es así.

Esto va de estrellas que lo tenían todo, fama, pasta, talento, ¿vale? Pero también tenían una olla a presión ahí, la cabeza, que un día les dijo hasta aquí, ¿sabes? En serio, esto va de momentos de locura transitoria.

Antes de empezar, no es que nos vayamos a burlar, o sea, porque hay…