
Descripción de EL CAMINO DEL CID - CELLA - ALBARRACÍN 5h1nr
Hoy continuamos con el Camino del Cid, nos adentramos en la ruta de “Las Tres Taifas” en la provincia de Teruel. La primera localidad que visitamos es Cella, se trata de una población muy vinculada al agua y a su distribución desde la antiguedad, en su término existen pozos únicos, acueductos romanos y canales medievales, por eso hemos querido comenzar nuestra ruta en esta bonita e importante localidad hidráulica. Vamos a seguir los pasos de Rodrigo Díaz de Vivar hasta alcanzar Albarracin. Cella en el Cantar es denominada “la del Canal”, su nombre pone de manifiesto la importancia del acueducto que recorre su término. Aquí el Cid espero refuerzos en su camino a Valencia. 5d2mw
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Bienvenidos a otro programa de Ruta con María.
Hoy continuamos con el Camino del Cid.
Nos adentramos en la Ruta de las Tres Taifas, en la provincia de Teruel.
La primera localidad que visitamos es Cella.
Se trata de una población muy vinculada al agua y a su distribución desde la Antigüedad.
En su término, existen pozos únicos, acueductos romanos y canales medievales.
Por eso hemos querido comenzar nuestra ruta en esta bonita e importante localidad hidráulica.
Vamos a seguir los pasos de Rodrigo Díaz de Vivar hasta alcanzar Albarracín.
Cella, en el Cantar, es denominada la del Canal.
Su nombre pone de manifiesto la importancia del acueducto que recorre su término.
Aquí el Cid espera refuerzos en su camino a Valencia.
¿A quien quiera ir conmigo y cercar a Valencia? Todos vengan de su grado, a nadie se le apremia.
Tres días les esperaré en el Canal de Cella.
Versos 1192 y sucesivos del Cantar del Mio Cid.
El primer lugar al que nos acercamos es un magnífico pozo artesiano.
Parece ser que es el mayor de Europa y abastece a tres acequias que riegan siete poblaciones.
Fue abierto en el siglo XII y, por lo tanto, es posterior al acueducto que llega hasta Albarracín, que es de época romana.
El brocal del pozo es de sillería y tiene un perímetro de 130 metros y 35 de diámetro, con forma de elipse.
En un lateral tiene una salida para el agua.
El caudal medio que emana del pozo varía según la temporada, pudiendo llegar a 3.500 litros por segundo.
En nuestra visita tuvimos la suerte de contemplar el agua que llegaba hasta su nivel más alto.
Os recomiendo hacer alguna foto, el entorno es precioso.
En Cella también hay que visitar el lavadero, que han rehabilitado y está en uso.
Muestra de ello es que cuando nosotros fuimos, un vecino estaba limpiando una alfombra de grandes dimensiones.
Además del pozo, lo que más nos puede llamar la atención es el canal que recorre el pueblo llevando el agua para su distribución.
En Cella también podemos visitar su centro histórico, con la Iglesia de la Inmaculada, levantada en el siglo XV, sobre los restos de una anterior templaria, el ayuntamiento del siglo XVI y los restos del castillo.
Nuestra siguiente parada es Gea de Albarracín.
Esta pequeña localidad es la puerta a la Sierra de Albarracín.
Ha tenido constantes cambios históricos.
En sus orígenes fue islámica, estando vinculada a la taifa de Albarracín.
Posteriormente, estuvo bajo dominio al Moravide y en la Edad Media se encontraba inmersa en disputas entre las coronas de Aragón y Castilla.
El río Guadalaviar pasa junto al pueblo.
Su paisaje son calizas cubiertas de matorral mediterráneo y frondosos bosques de pino de Rodén, sobre areniscas y conglomerados rojizos, formando barrancos y hoces.
Como curiosidad, comentar que el río Guadalaviar, al dejar atrás Teruel, cambia su nombre a Turia, desembolcando en Valencia.
Si tenéis intención de visitar la localidad, poder ver la iglesia de San Bernardo, con sus soportales, la ermita de San Roque, el convento del Carmen, el ayuntamiento y el puente que atraviesa el río.
A la salida de la localidad se encuentra un centro de interpretación del acueducto Gea de Albarracín.
Si estáis interesados en las obras hidráulicas romanas, tenéis que visitarlo.
Además, tiene una sección específica dedicada a este acueducto.
En el camino que nos lleva a Albarracín, podemos visitar tramos del acueducto, que fue construido por los romanos en el siglo II, para trasvasar aguas del río Guadalaviar al Giloca.
En algunas ocasiones está excavado, conservándose el agua.
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