Caminando por la Vida - Valle de los Caídos r241p

Bienvenidos a Caminando por la Vida.

En Informa Radio, Caminando por la Vida, con Francisco Manuel Boza.

Juan de Ábalos García Taborda es un escultor español nacido en Mérida en 1911 y fallecido en Madrid en 2006.

Inició su formación artística en un taller de restauración de muebles y antigüedades de Madrid y completó sus conocimientos en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.

Profesor modelado y vaciado desde 1933 y director de la Escuela de Artes y Oficios de Mérida desde 1936, ese mismo año fue nombrado subdirector del Museo Arqueológico de su ciudad natal.

Tras la Guerra Civil, Juan de Ábalos llevó a cabo numerosos encargos de carácter religioso y monumental en los que intentó plasmar de forma esquemática y realista los rasgos raciales y la personalidad ibérica.

En 1945 se trasladó a Lisboa, donde llevó a cabo esculturas de línea vanguardista y abstracta que firmó con el seudónimo de Arturo Sánchez.

En 1951, bajo la dirección del arquitecto Diego Méndez, se le encargó la piedad de la cripta y el grupo escultórico de los cuatro evangelistas que sirven de base a la cruz del monasterio benedictino de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, en Culeramuros.

Para esta obra de carácter colosalista empleó cuatro años de trabajo y utilizó nuevas técnicas para trasladar los bocetos a su tamaño definitivo.

Sus trabajos en el Valle de los Caídos incluyen La piedad de la entrada, Las virtudes, Justicia, Prudencia, Templanza y Fortaleza, y Los evangelistas Juan, Lucas, Marcos y Mateo, además de Los arcángeles en bronce para la cripta.

Su obra en el Valle de los Caídos le proporciona un prestigio que traspasa fronteras y trasciende a tierras americanas.

Así, en 1958 participa en el concurso para erigir en Guayaquil, Ecuador, un descomunal monumento al Sagrado Corazón de Jesús con una altura de 55 metros, que no sería culminado.

También se vieron paralizadas las iniciativas de erigir en Madrid un monumento a Cuba sufragado por la colonia española en la isla y otro en Caracas, a Simón Bolívar, previsto con casi 100 metros de altura.

Estas relaciones estrechas con Hispanoamérica generan reconocimiento, honores y conferencias, pero igualmente obras monumentales, como la estatua de Diego García de Paredes para Venezuela en 1957, las de Gonzalo Jiménez de Quesada y Pedro de Heredia, además de 14 literatos para la Academia de la Lengua en Colombia, allá por 1960, y los monumentos a José Celso Barbosa y Román Baldoiroyqui en Puerto Rico, en 1964.

También se suceden los monumentos en diversas ciudades españolas a un ritmo febril, destacando el dedicado a la Gesta del Alcázar de Toledo, compuesto por esculturas y relieves de carácter alegórico, el Ángel de la Paz para Valdepeñas, el Monumento a la Paz en Santa Cruz de Tenerife, junto a los dedicados al pintor Adelardo Corbasí en Badajoz y al rey Fernando el Católico en Zaragoza.

En 1964 realizó con gran éxito una exposición en Nueva York y en Washington.

Esculpió el Monumento al Torero Manolete en Córdoba, el dedicado a Jiménez Díaz en Madrid, y el Mausoleo de Alabastro de los Amantes de Teruel para la Iglesia de San Pedro de esa ciudad, Teruel.

Obra por la que, por cierto, no cobró ni un duro, la regaló a la ciudad de Teruel.

En alguna de sus obras se combinan las estructuras arquitectónicas y los relieves alegóricos esquematizados, como ocurre en el Monumento a los Héroes del Alcázar de Toledo, en la Fuente de la Paz, o Monumento al Generalísimo Franco de Santa Cruz de Tenerife, y en el Monumento a la Independencia de Santo Domingo, en la República Dominicana, ciudad para la que también realizó las estatuas estilizadas en bronce que representan a literatos españoles.

Su actividad artística se prolonga en los años 90 e incluso los inicios del nuevo siglo con una irable continuidad, instalando nuevas obras en Badajoz, Cáceres o Madrid.

Defensor de la tradición escultórica y la solidez del oficio, Ábalos ha trabajado con todo tipo de materiales y en diferentes formatos y temáticas, siendo además un excepcional dibujante.

Es su obra monumental la que ha otorgado mayor proyección y fama internacional, con una dilatada producción que se define por un estilo sereno y equilibrado, centrado en la figuración humana y a caballo entre el realismo y la idealización.

Es también interesante su labor en el campo de la restauración y en el territorio.