CADA UNO CON LO SUYO (Individualismo tecnológico) 38403u

¿Recordáis cuando la tecnología no era una extensión de nuestro brazo, sino un bien preciado que se compartía más que un chismorreo en el barrio? Bienvenido a Sayonara Tecno, el podcast casi diario de reflexión sobre tecnología y ocio.

Actualidad, retro y futuro unidos en un mismo programa de 10 minutitos aproximadamente.

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Muy buenas gente, ¿qué tal? Soy Toni de Sayonara Baby y hoy vengo a hablaros de cómo nos hemos convertido en una sociedad en la que va cada uno con lo suyo y me vais a permitir que me explique.

Recuerdo perfectamente la casa de mi abuela, era entrar allí y era como pisar un templo al pasado en el centro del salón para el altar sagrado se erigía una imponente televisión y no era una smart tv de 80 pulgadas ni una oled con resolución 8k ni nada de eso.

Era una caja grande, robusta, con botones que giraban y unos que eran así como con pulsadores que hacían sus propios clack. Y recuerdo como a veces tenías que agitarla o darle unos pequeños golpecitos para que se viera bien porque cogía interferencias o un poquito de niebla. Y recuerdo también como a veces había que apretar mucho, mucho, mucho los botones para que se pulsara bien el canal porque si no a veces se quedaban como algunos mezclados.

Estoy hablando de una televisión que si no recuerdo mal eran unas 28 o 29 pulgadas y si no recuerdo mal era una telefunken. Mis abuelos tenían televisión en color cuando yo de pequeño todavía tenía televisión en blanco y negro pero que bueno luego ya muy poquito tiempo después ya la tuve en color. Y recuerdo esas batallas campales, primos con tíos, familiares para ver qué era lo que podíamos poner en la tele sobre todo cuando nos juntábamos toda la familia.

Había unos que querían ver el fútbol, había otros que querían ver la película, los niños y yo sobre todo quería ver los dibujos animados. Recuerdo que esos dibujos animados solo los ponían a unas horas concretas. Estamos hablando de los años 80 donde no había tantos canales y entonces como todo se repartía entre dos canales y los que vivían en comunidades que tenían canales autonómicos podían contar con uno más o dos. Esa ventaja que tenía. Y recuerdo ese comentario que hacíamos muchas veces sobre todo cuando llegaba la noche sobre todo cuando llegaba los fines de semana de qué vamos a ver hoy. Y recuerdo esas negociaciones de si íbamos a ver un programa, si íbamos a ver otro.

Y no me digáis que nos pasaba que seguramente si llevabas tiempo con los abuelos y con esa sabiduría ancestral que tenían pues muchas veces acababais viendo lo que ellos imponían con su voluntad y seguramente nos tocaba ver ese programa de noche de fiesta o tiempos de copla o como se llamaba aquello que no lo recuerdo ahora mismo. Y el caso es que en las casas no era solo la televisión. Si hablamos de teléfonos pues lo normal, ya os digo años 80, era que en las casas hubiese un solo teléfono. Normalmente estaba o a la entrada de la casa o en el salón según por donde llegara la acometida de los cables de cobre de telefónica.

Y solía estar o anclado a una pared o sobre una pequeña mesa o en un recibidor y si sonaba todo el mundo iba a intentar cogerlo. Había que ir a contestar rápido. No se perdía ni una sola llamada.

Y entonces saltabas sillas, apartabas alfombras, lo que te pillaran por intentar contestar porque era hasta emocionante descolgar el teléfono y no sabías quién te estaba llamando al otro lado.

La identificación de llamada y de números de teléfono llegó tiempo después.

Y muchas veces eran llamadas simples o tontas a pesar de que valía mucho dinero y era una forma de estar en o con la familia y era alguien que imagínate tu abuela para preguntar si había cenado, cómo iba todo o tú te quedabas con esa impresión. Luego lo que quería era ya hablar con los adultos. Recuerdo que no existía ese concepto de llamada privada. Tú hablabas y