BORIS SEREBRYAKOV, el ASESINO de la BICICLETA 43n5s

En la noche del 13 al 14 de julio de 2003, un hombre muy nervioso llamó al servicio de emergencias y dijo que una casa particular estaba en llamas en el número 5 de la calle Novoselovski. La persona que llamó era un residente de una casa vecina, Evgeny Kostin. Un poco antes, el hombre fue despertado por su madre, quien le habló del incendio, y Evgeny salió corriendo hacia un teléfono público para llamar a los bomberos. Al pasar por delante de la casa ardiendo, notó como la puerta de entrada estaba abierta. Inmediatamente se desplazaron varios vehículos de bomberos al lugar del incidente. Cuando llegaron los rescatistas, vieron que la casa en llamas iluminaba toda la zona. Soblaba un fuerte viento y los bomberos incluso tuvieron que pedir ayuda para controlar el incendio, el cual se extinguió después de pasadas dos horas.

Los rescatistas comenzaron a inspeccionar la vivienda y tras 30 minutos ingresaron a la habitación más grande. Sobre la cama encontraron los cuerpos completamente carbonizados de dos personas, un hombre y una mujer. En sus cabezas se podían ver heridas que parecían de bala. Los bomberos inmediatamente dieron parte de su descubrimiento a la policía, que envió rápidamente un equipo de investigación, que, tras personarse en el lugar de los hechos, comenzó inmediatamente a buscar pruebas de un posible doble asesinato. Los agentes, con el investigador de casos especialmente importantes, Vladislav Vrasnikov, a la cabeza, encontraron dos balas deformadas calibre 5,6 milímetros. Poco tiempo después, los peritos determinaron que la causa del incendio fue intencionada. Los cuerpos de las víctimas serían enviados para su examen forense con el fin de arrojar luz sobre sus identidades.

La casa pertenecía a Nadezhda Chikireva, pero no era ella quien vivía allí, sino su hijo Alexander y su prometida Ana Kiseleva. Los cadáveres y el inmueble quedaron gravemente quemados. Por la madre de Alexander, los investigadores enteraron de que Ana estaba embarazada de seis meses. Nadezhda Chikireva no entendía por qué alguien podía hacerle esto a su hijo. En su opinión, podría deberse al hecho de que Alexander había sido liberado recientemente de prisión por buena conducta tras cumplir una condena por robo. La madre encontró a algunos de sus amigos visitando a su hijo varias veces. Así lo confirmaron los vecinos, quienes dijeron que apenas el joven regresó de la colonia penitenciaria, comenzaron a ver muchos extraños visitando su casa. Pero esa noche en particular, nadie observó nada raro.

Mientras tanto, aparecieron los resultados de todos los exámenes a los que fueron sometidos los cadáveres una vez descubiertos. Dichos análisis confirmaron tanto la versión del incendio provocado como del doble homicidio. La pareja asesinada recibió disparos en la cabeza a quemarropa. Luego, él o los perpetradores rociaron la casa con gasolina y arrojaron una cerilla al interior cuando salían por la puerta trasera. Si había alguna evidencia allí, el fuego la destruyó. Los investigadores se dieron cuenta de que el crimen estaba planeado con antelación, por lo que crearon un grupo de trabajo específico cuya tarea era averiguar quién lo había cometido. Los agentes se enteraron de que la cerradura de los Chikirev estaba rota y la puerta no cerraba completamente. Lo más probable es que el asesino lo supiera y es por eso que pudo acceder fácilmente al interior de la vivienda.

A juzgar por la ubicación de los cuerpos, la pareja recibió un disparo mientras dormía. En un principio se pensó en un móvil económico, pero esta teoría fue descartada porque difícilmente el criminal habría cometido un doble asesinato por ello, sobre todo porque Chikirev y su prometida no tenían muchos ingresos.

Los motivos podían ser completamente diferentes. Celos, venganza, disputas criminales o algunas razones menos obvias. Los agentes decidieron obtener más información sobre la vida de Alexander Chikirev. Entrevistaron a sus familiares con el fin de conocerlo mejor, a qué se dedicaba, cómo pasaba el tiempo, qué tipo de personalidad tenía...

También pidieron información sobre él a la colonia carcelaria en la que había estado recluido y llevaron a cabo un análisis del delito por el que Chikirev cumplió condena. Al parecer, el 26 de octubre del año 2000, Chikirev y tres cómplices armados irrumpieron en el apartamento de la empresaria Marina Matantseva, que vivía en la avenida Mendeleyev.

En el apartamento también residía el hijo de Matantseva. Los delincuentes ataron al joven y amenazándolo con una pistola, lo obligaron a mostrar dónde guardaba su madre el dinero y los objetos de valor. El muchacho recordaba bien a los asaltantes y un par de días después fueron detenidos tras ser identificados.

Resultó que se trataba de Alexander Chikirev y su padre Sergei. Los hombres inmediatamente firmaron una confesión aclarando que no sabían nada sobre los demás participantes en el atraco excepto sus apodos, Horse y Grinja, que serían incluidos en la lista de los más buscados, mientras que los Chikirev fueron enviados directamente a prisión.

En el verano del año 2003, Alexander fue puesto en libertad, pero su padre todavía continuaría un tiempo más en la cárcel. Los investigadores descubrieron que los os de Chikirev con el mundo criminal no cesaron después de su liberación. Utilizó a una joven intermediaria, Elena Dimitruk, como o entre él y algunos de los presos de la cárcel.