ATEEP 002 | ¿Se acerca el fin del universo? 194n9

Y... se acabó. Es el fin del universo.

Bueno, ¿y ahora qué? ¿Charlamos de algo? No, no, aplausos no, porque lo que voy a contarnos de aplausos.

Y es que la semana pasada casi me ahogo con un trozo de zanahoria.

Y fue justo al leer la noticia de que el universo se acababa, pues como 10 elevado a 1022 años antes de lo previsto.

Se me atragantó, lógico.

Lo sé, es una costumbre, es una mala costumbre, peligrosa podría decir, hoy en día leer las noticias mientras desayunas.

La cuestión es que a poco se cumple la profecía del fin del universo, por lo menos para mí.

Oye, y hay que ver la de cosas raras que piensas cuando te ves cerca de la muerte.

Que para qué habré lavado el coche, que no me voy a enterar de si Melody va a ganar Eurovisión o no, que, fíjate tú, al final va a ser la comida sana lo que me mate.

Bueno, bueno, bueno, tras cinco minutos tosiendo se pasó un poquito y por fin pude pararme a leer bien la noticia.

Ahora que había vuelto a la vida quería saber cuánto tiempo realmente me quedaba, ¿no? Spoiler, queda bastante.

Pero el texto decía algo así.

Como que la esperanza de vida del universo en años había pasado de un 1 seguido de 1.100 ceros, un 1 con 1.100 ceros detrás, había pasado a un 1 seguido de 71 ceros en años.

No sé expresar esa cifra realmente.

Imaginaos la escena en casa.

Mi mujer, mi madre, aún con la cara blanca por el susto de la zanahoria, yo con la cara todavía roja del esfuerzo, lacrimeando, abro la aplicación de la calculadora del móvil y me pongo a hacer números.

Y claro, me dicen, ¿qué haces? ¿Qué estás haciendo? Y yo, pues calculando cuánto nos queda de vida, lo normal en estos casos, ¿no? Y bueno, pues ahí se miraron con cara de bueno.

Se ha quedado tonto, le ha faltado el aire y se ha quedado tonto.

Pero es que es como para quedarse tonto.

Si el artículo es correcto, es el mayor recorte en la historia de la ciencia.

Ríete tú de los recortes de Donald Trump.

Ya en serio, nada de esto nos afecta como seres humanos.

Pero tiene una enorme implicación para la cosmología.

Sí, la cosmología.

Esa ciencia que afirma que antes todo esto era plasma.

¡Comenzamos! Bien, pues hoy, en el segundo programa de Antes todo esto era plasma, nos acompañan... ¿Quién tenemos por aquí? A ver, a ver, pues tenemos a Victoria Muñoz Iglesias, que está en el aula de Geoquímica y experta en Planetología.

Hola, encantada.

Buenas tardes, Victoria. ¿Qué tal tu semana? Bien, muy bien. Ocupadilla, pero bien.

Bien, hoy te vemos casi en un estudio profesional.

Lo has preparado todo para hoy, ¿verdad? Sí, sí, hoy ya nos lo vamos a tomar más en serio.

Muy bien. Cuidado con esta semana, porque estamos además contando con Jacobo Aguirre, araujo investigador en el grupo de Complejidad y Astrobiología del Centro de Astrobiología CAP.

Y en X es arroba Jacobo Aguirre A.

Buenas tardes, Jacobo.

No te escuchamos. ¿Tienes el micro apagado? Activa tu micro.

Ahora sí.

Perdóname.

Empezamos bien. Pues nada, muchas gracias por invitarme y encantado de estar aquí.

A ver qué aprendo y qué puedo aportar.

Genial, muchas gracias a ti, Jacobo.

Y permítanme presentarles también a Maricruz Gálvez Ortiz, científico titular del CSIC, del Centro de Astrobiología.

Podéis seguirla en Facebook como arroba Astroworld.

Buenas tardes, Maricruz. ¿Preparada? Sí, sí, buenas tardes.

Muchas gracias por invitarme también y a ver si aprendo un montón de cosas, como ha dicho Jacobo.

Muy bien, aquí estamos todos para aprender.

Y le damos la bienvenida a Alejandro Sánchez de Miguel, astrofísico e investigador en contaminación lumínica y observación nocturna desde el espacio.

Trabaja en el Instituto de Astrofísica de Andalucía, colabora en la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Exeter y la Fundación de Star For All.

Y en este caso,