Los Aristócratas - 102 - Juan Carlos Ortega 6vv1g

Vale, sí, ríanse. Gracias, muchas gracias.

Pero el caso es que aquí estoy.

Mañana descubrirán este programa y sabrán que hablo en serio.

Pero, en fin, yo lo veo así.

Mejor ser rey una noche que bufón toda la vida.

Bienvenidos a Los Aristócratas, un podcast sobre comedia con Victor Olid y Ángel Codón.

Hola, amigos. Bienvenidos a un nuevo programa de Los Aristócratas.

Un mes más. Llevamos ya tropecientos años, tropecientos años iba a decir, tropecientos meses sin faltar un solo mes.

Y, aunque hoy no estamos físicamente juntos, el señor Victor Olid y yo estamos aquí para no fallar a las buenas costumbres.

Efectivamente. Si no se puede físicamente, se hará online. Y si online tampoco se pudiera, pues ya haríamos algún apaño con un radiocassette y un teléfono móvil.

Algo nos inventaremos.

Claro, claro. Aquí estaremos, ¿no? En el programa 102.

102 ya, ¿eh? Después de ese programón barra fiesta.

Qué vorágine. Qué bien nos lo pasamos, ¿no? Al día siguiente ya no nos lo pasé tan bien, pero… Lo que es… ¿Te acuerdas que dijimos cuando acabamos el programa nos vamos a dormir y tal? No cumplimos. No será porque no te avisé varias veces.

Sí, sí, sí. Pero siempre… Como si fueras Pepito Grillo. Yo ahí haciendo de Pepito Grillo y tú diciendo… Siempre me avisas.

Claro, qué pollas. Con lo bien que… Dije como decías tú a aquellas tías.

¿Cómo no vamos a ir a casa con la angustia que estamos? ¡Ja, ja, ja! Claro, claro. No, pero pasé muy bien esta última fiesta.

Fue muy divertida.

Fue divertida que acabamos en el Burlitzer y luego ya llegó un punto que no sé ni dónde estaba, pero llegué a tu casa a las 7 de la mañana. Sí, sí, cierto.

Te dejé unas llaves. Efectivamente. Y pude dormir un par de horas, pero no mucho más. ¡Ja, ja, ja! Estaba reventado. Y el lunes ir a currar fue un infierno.

O sea que… Pero bueno.

Bueno, volveremos a hacer algún evento, pero ya haremos más programa canónico. Exacto.

Algún programa con amigos que quieran acercarse a vernos y, sobre todo, pagar.

Sí, ya el próximo Cobrando y un programa un poquito más estándar.

No esta vorágine de vieja borracha con el coño caído y toda la serie de mierdas.

Hombres adultos desnudándose y haciendo el ridículo.

Bueno, un poco lo que habíamos soñado.

El programa soñado. Bueno, es un poco lo que quiso el público.

Se iba conduciendo aquello y fue derivando en… Un avacanal de variedades decadentes.

Que yo supongo, de todas formas… El programa este lo pensé en frío. Digo esto que hemos hecho es una mierda.

Pero me lo puse y me gustó un montón, tío.

Digo que bien estuvo esto. Y en directo es mucho más divertido que he escuchado, claro.

Pero bien, bien. Sobre todo por ese grupo de teloneros que debutó ante un numeroso público. Shazza y Chalequitos.

Shazza y Chalequitos, un dúo que ya podría tener su propio Aristócratas.

De hecho, es que yo lo pensaba y digo eso que han hecho, eso que hicieron Shazza y Chalequitos… Muy bien la combinación, porque Shazza era la metralladora de chistes y de… Que se podía tirar ahí el tiempo que hiciera falta. Y Chalequitos solo hacía ciertos apuntes, pero cuando los hacía eran muy punchlines ¿no? Ciertos comentarios ¿no? Sí, sí. Entonces yo creo que hemos apadrinado una pareja cómica que le auguro mucho futuro.

Sí, además como… Era una cosa que no estaba preparada y que, sin embargo, tanto tú como yo llevábamos en la cabeza ¿no? Era como nuestro plan maestro y en el momento en que… Era el plan B, porque teníamos otro plan y como falló por decir que sí. Pero bueno, fue un poco sobre la marcha, porque tú decías que si no salga cae ¿no? Sí. Y claro, pues ya que está también aquí… Que salga Fernando que algo hará.

Y entonces fue cuando también estaba Chalequitos. Chalequitos criado y dijimos aquí hay que montar un dúo.

Chalequitos sabes de que viene ¿no? ¿Eh? ¿Sabes de dónde viene lo de Chalequitos? Lo comentaste ¿no? Que el día que saliste llevaba un chalequito ¿no? Que decías tú que gusta vestir chalequitos. No, ese día exactamente no.

Esto es cosa de Molina ¿no? Molina, cuando conoció a Chalequitos… Chalequitos le llamaban Molina.

Nos cogimos el otro día que acabamos cayéndonos por el suelo y tal. Y a Molina le dio como mucha envidia ¿no? Nosotros no nos hemos caído nunca ¿no? Decía.

Del pedo.