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Los amores fingidos y otras obras en verso
Los amores fingidos. Capítulo 3: Una provocación en toda regla y El varón encarcelado

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1/3/2024 · 12:44
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Los amores fingidos y otras obras en verso

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Conoceremos a nuestro protagonista masculino, el joven Ernesto, hijo de la autoritaria doña Francisca y hermano gemelo de Elisa, contando a su amigo Fabián la situación embarazosa en la que se encuentra, y escucharemos después el lastimoso monólogo de Ernesto acerca de su condición masculina 2p5l5u

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Los amores fingidos adaptada al castellano actual por josé maría claver esteban basada en la obra homónima de antares escrita en mil seiscientos cuarenta y dos una producción de letras insólitas escena quinta una provocación en toda regla estamos en el barrio de triana en casa de doña francisca de solís mujer viuda y autoritaria que sí ayuda de un bastón para caminar sus dos hijos ernesto y elisa son mellizos y completamente idénticos en la biblioteca ernesto paseaba como una fiera enjaulada cuando recibió la visita de su amigo fabián quien se presentó acalorada me llamaste tú ya me estaba preocupado no podías esperar me hubiera dado un desmayo es de contarte lo que esta tarde hemos pasado estaba en trion si de sevilla al otro lado pasó el puente lo pasaste despues que lo hube pasado me presenté en la otra orilla no me ha resultado extraño que un puente sirve para eso iba con capa embozado me acerca hasta el arenal mi barrio que está situado entre la puerta triana el conjunto amurallado y nuestra torre del oro estaba lleno de barcos vivo en sevilla lo sé en la dársena amarrados mis pies pisando el albero sin rumbo se encaminaron en dirección hacia el oeste un gran rodeo estás dando por el arco del postigo el sol estaba menguando paso hasta la catedral presto con paso agitado llega a las gradas me vieron varios jacques y unos bravos allá estaban arrogantes mesándose los mostachos sobre las perras columnas de cadenas apoyados reventando de valientes miraban con gran descaro afilaban sus espadas con las uñas de la mano traté de pasar cuanto antes con desprecio sin mirarlos y eso no tenía ganas de tener un altercado muy sabio elección ernesto cuando me estaba alejando unas voces escuché y es que me estaban llamando no te detengas por dios que me tiene intrigado qué te dijeron gallina solo eso también gabacho y tú te fuiste hacia ellos te equivocas al contrario los miremos muy fijamente y allí me quedé plantado qué nervios de acero tienes me dejas anonadado pues espero oír lo siguiente antes tomar un buen trago cuántos eran diecinueve bueno no dieciseis tantos sabéis que no veo bien de lejos quizá eran cuatro a una cita aventajaban uno de ellos era manco y al otro le echaba en falta las dos piernas vaya fiasco pero los dos que quedaban me seguían insultando uno de ellos con ardor gritando y vociferando tanto es así que la gente que se encontraba mi lado con intriga me miraba quién sabría si esperando que asimismo nos matará y eso querías tú exacto saqué la espada ropera se quedaron extrañados y huyeron qué más quisiera sobre mí se abalanzaron el manco y el que sin pierna las llevaba sobre un carro que vive dios que corría empujando con sus manos a un medio tiempo de huir huiste de esos espantajos al manchón le corté un dedo pero casi me desmayo cobarde no soy lo cierto es que la sangre me ha dado toda mi vida mareo ante tal flaqueza que hago me hace que tiemblen mis piernas siento por ella rechazó y cómo acabó la historia bien recuerdas aquel bravo que era el que más me gritaba llevaba el dedo en la mano de su compañero y dijo furioso irritable airado pues no podía alcanzarme cobarde vil mamarracho si tienes honor y es otro de los hombres llevan bajo los grotescos y calzones en aquel puente te aguardo le dije que volvería y él se marchó calle abajo y ahora ernesto te debates entre el honor y el recato bien cierto

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