Los amores fingidos. Capítulo 14: Condenado al convento, Un disparatado enredo y Un Ernesto desabrido 1w1za

Los amores fingidos escrita y dirigida por josé maría claver esteban una producción de letras insólitas puedes seguirnos en nuestra página web los amores fingidos puntocom o en facebook los amores fingidos escena quinta condenado al convento doña francisca y ernesto disfrazado de lisa se encontraban sentados sobre almohadones en el estrado ernesto había permanecido callado sin decir ni una sola palabra para no revelar su identidad cosa que le había resultado fácil ya que su madre no había hecho sino hablar todo ese tiempo sin tener en cuenta su opinión entró por la puerta doña ursulina acompañada de amalia y cientos en una silla junto al estrado doña ursulina pase y doña alberta salió se lea la pobre la cadera tanto baile me deja boquiabierta querida amiga para ser sincera enterradas debiera estar y muere vuestros años cumplió dios no lo quiera en mitad de la conversación apareció doña alberta arqueada y contrahecha apoyándose en un bastón de milagro llegué mejor me siento que que esta cadera casi no la siento doña alberta tomó asiento junto al señor su lina mientras amalia ponía agua perfumada en una redoma y después salía de allí encontró ya la niña ha prometido vinieron bien sabéis los pretendientes no me agrado ninguno de marido vulgares eran simples y corrientes bien sabemos que hubierais preferido que fueran más selectos y excelentes mas lo que son las cosas de la vida he de estar a la suerte agradecida y eso por qué ha surgido un imprevisto dios de dar gracias y dinero a la iglesia que lisa ayer por cristo sintió un amor sincero y verdadero y puesto que la luz de dios ha visto por el amor disparo fue certero he tenido el cabal convencimiento de que mi elisa ingresé en el convento un buen partido yo tampoco creo que hubo habrá sido el militar votos a nicolás os referís museo de fealdad y de ira avaricioso stone alonso y viejo adoptó y feo donde sidéreo emérito envidioso soberbio y vanidoso es austin perezoso gonzalo pedro en fin la lujuria leguía el escalpelo doña ursulina se dirigió ernesto creyendo que este era elisa que ante estos comentarios permanecía callado y sin levantar la vista pobre niña señora qué tormento está desesperada y sin consuelo tuve un claro y fatal presentimiento no hubo milagro la ha salvado el cielo acabará metida en un convento con lo bonita que es tan linda y bella mucho me temo seguirá doncella estén asesta un disparatado enredo en el callejón que daba al jardín exterior de la casa de doña francisca se encontraba alberto esperando interceptar el carruaje de la señora que iba a llevar esa tarde aliso al convento o destino arisco y fiero que antes de brotar ya quieres marchitar una flor eres cruel vanidoso empero vive dios por este acero que debe prestarle mi ayuda alberto desenvainó su espada si la suerte es testaruda más terco y porfiado solo que aquí he de encontrarla yo frente a frente sin duda de ser mi sino nefando juro ante dios y los santos que causare mil quebrantos que antes moriré matando que viviendo lamentando que yo no te rescatarán por no haber plantado cara a la suerte y el destino frío feroz y asesino y evitar que esto pasara en eso rosa abrió la cancela del jardín