
Los amores fingidos. Capítulo 10: Los moscardones en celo y Un encuentro clandestino 6pz9
Descripción de Los amores fingidos. Capítulo 10: Los moscardones en celo y Un encuentro clandestino 1v5d3g
En este episodio asistiremos al momento en que Teresa desenmascara uno a uno a los pretendientes, dando a conocer ante todos cada uno de sus vicios, y al tan ansiado encuentro furtivo en el jardín entre Alberto y Elisa. 5s2x5w
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Los amores fingidos escrita y dirigida por josé maría claver esteban puedes seguirnos en nuestra página web los amores fingidos puntocom o en facebook los amores fingidos escena decimoquinta los moscardones en celo mientras mi ama yo disfrazadas de don nuño y clarín compartíamos nuestras confidencias en el patio entraron allí doña francisca acompañada del cura don abelardo el resto de pretendientes y doña alberta y doña ursulina ambas miramos a los que allí entraban y reconociendo a los pretendientes quedamos estupefactas mientras tanto en una de las puertas que daba al patio ernesto ataviado con el vestido de su hermana gemela hablaba con rosa casi no logro encontraros estaba con el invierno y bien tocaba y su mano rusa no ponga reparos y bien que estabais con el solo es un amigo fuerte me dijeron que tuve suerte que estabais con stivel ahora habéis de aparecer descubrirá tranquilo ay rosa que estoy en vilo voy vestido de mujer no notarán diferencia no tendrán tiempo de hablaros y menos de cortejar os salgamos rosa empujó con fuerza ernesto quien se resistía a salir al patio qué resistencia o cuando apareció todos los pretendientes se abalanzaron sobre él creyendo que era elisa declamando sus ya célebres versos vuestros cañones rendirán mi plaza de el amor y así es de ver el cielo naufraga en vuestra costa mi barcaza mi medicinas solís y mi consuelo de mi intelecto gélida mordaza deje por favor que rompa el hielo donde si derio don pedro don agustín don alonso don nicolás y gonzalo formaron un terrado círculo alrededor de ernesto acosándolo con sus galanteos estos señores hablen de uno en uno te lo contrario no hubiera ninguno doña francisca percatándose de que don nuño también estaba en el patio fué hacia él y lo cogió efusivamente del brazo déjeme vuesa merced presentarla kirk son hoy por hoy constelación de estrellas que en el azul red de lisa caen del cid sólo para mi gusto un tanto hoscas estrellas no serán moscas moscardones en celo qué cosas decís don nuño os presento no hará falta mi clarividencia es alta don nuño sacó su espada y comenzó a declamar esta espada que empuñó sobra a revelar certera los mil secretos que esconden y hasta el nombre al que responden sí no lo hago que aquí muera mi alma en ella confía pues muchos son sus poderes estudia alquimia en amberes y en londres astrología cábala en jerusalén magia negra y el talmud en siria en mi juventud y cartomancia también y aunque el mismísimo cristo me inspira y mi alma en él cree en trance igual me posee el mismo hermes trismegisto después poniendo los ojos en blanco fingiendo entrar en trance comenzó a desenmascarar a cada uno de los pretendientes aquí se hallan reunidos los pecados capitales en personas principales que aspiran a ser maridos á don alonso de gante no le hace falta equipaje pues nunca salió de viaje tan eximio navegante habla de tierras ignotas de la india y del brasil con fantasía infantil engaño a sus compatriotas es la avaricia el timón viento dirección y vela que mueve su carabela en busca de un gran filón o bien fuí desenmascarado cumplió sea así mi presagio víctimas hoy de un naufragio sin ver el mar muero ahogado lo oísteis si doña alberta nunca navegó el farsante como si al infierno dante no hubiera
Comentarios de Los amores fingidos. Capítulo 10: Los moscardones en celo y Un encuentro clandestino l6e50