Al mando de The Last of Us 3v81l

¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza por tu cariño! Me ha salido fatal, pero bueno, ya...

A ver si llegamos al ordenador en postproducción.

¡Ha salido de puta madre! Me han dado ganas de encender la play por no irme con el juego.

A mí también.

Bueno, porque para escucharnos es mejor vamos a jugar.

Creo que me ha salido mejor antes que ahora, ¿eh? Pero bueno.

Hasta la próxima.

La voy a encantar.

¡Hasta la próxima! La voy a encantar.

Muy buenas, Mandalorian.

Hijo de puta.

El Pedro siempre igual.

Todo esto está en directo, ¿vale? No os asustéis.

O sea, el Pedro siempre igual. Se ríe de mí cada vez que digo lo de muy buenas, Mandalorian.

No sé.

¿Qué te crees que soy? ¿Cómo se llama? Sí.

El que presenta las campanas, coño.

¿Quién? ¿El Ramón García? El Ramón García.

Yo creo que ese hombre es Batman.

¿Batman? Sí.

Bueno, Mandalorian.

Bienvenidos al programa número 20.

Como ya quisimos hacer en el décimo, cuando hacemos un programa así redondo, lo queremos dedicar a hacer un análisis, un homenaje a un juego que nos haya marcado.

Y esta vez, como creo que habéis podido averiguar por la canción, hemos decidido hacérselo a The Last of Us, que es un juegardo increíble. Quien no lo haya jugado, por favor, que lo juegue ya, inmediatamente.

No escuchéis ni el programa.

Iros a jugar al juego.

Aparte porque más terminado de spoilers.

Totalmente.

Y bueno, y en este programa tenemos invitado también, ¿eh? Tenemos un invitado por aquí.

¿El qué dices, Bamba? Que si no os habéis espantado está por aquí, ¿no? Si no os habéis espantado.

No prometo nada.

El pobre chaval que lo hemos tenido aquí esperando mientras ensayábamos esto, porque la canción se nos ocurrió un cuarto de hora antes de grabar.

Desde luego, ha sido cosa de Pedro.

Culpa de Pedro.

¿Y si canta a Mari? El Pedro que tiene más culo en la pared de un casado.

Con las ideitas.

Que cante a Mari el Juanma, que como estamos acostumbrados a cantar, ¿verdad, Juanma? Que nos vamos tú y yo por ahí de bulería todos los domingos.

Hombre, podríamos hacerlo, ¿eh? Pero aquí veo...

Nos vamos tú y yo, la guitarrita, nos vamos a la seta y a comprar videojuegos.

Y yo, puta, que trabajo al lado.

Así empata ya.

En fin.

Bueno, pues aquí estamos.

Como siempre, con Pedrito, ¿qué pasa? Aquí ya deseando empezar con este capítulo, que la verdad el tema es bastante interesante y creo que va a dar mucho que apoyar.

¿Qué tal tú, Juanma? Pues yo aquí, la ocasión como lo merece, con mi guacolita y una tapita de fué.

Que vaya con el humo a vuestra salud.

No se tarda de ella.

¿Qué tal, David? Pues aquí estamos.

Para cambiar un poco los roles, ahora el que está mal soy yo.

¿Vale? Así que ya pido perdón de antemano, por si acaso me oís un poquito toser o con la voz un poquito más ronca de lo normal.

¿Qué ha pasado, compadre? Que poca vergüenza tenemos. Empezamos con un invitado y nos presentamos nosotros y al invitado no.

No, porque ahora le voy a dar su tiempo a él.

Vosotros que os presentéis rapidísimo y ya está.

Nosotros callad en la boca.

El invitado es Irra. ¿Qué pasa, Irra? Cuéntanos algo de ti.

Tío de lo más normal del mundo, familiar y que ama este hobby como nadie, creo.

Me encanta. Lo disfruto cada día más.

Así que nada, un tío muy normal.

Pero un tío muy normal con una pasión muy grande por esta saga, ¿verdad? Este juego...

Yo creo que en mi casa ya saben que es como religión este juego. Para mí es lo máximo.

He jugado muchísimos juegos durante 35 años y este es el top.

La verdad es que sí.

Si vierais la colección que tiene, yo que le veo las fotos por Twitter y digo yo...