
ADELANTO EXCLUSIVO: El Acosador Misterioso. 5v2j5y
Descripción de ADELANTO EXCLUSIVO: El Acosador Misterioso. 30t53
Tania, una joven atractiva e inteligente, trata de adaptarse a su reciente empleo y al barrio obrero al que acaba de trasladarse. En un intento de vencer los prejuicios y la sugestión con la que llegó a la zona, comienza a naturalizar su nueva vida. Será una noche entre semana, volviendo del trabajo, cuando tendrá que enfrentarse a un misterioso suceso que podría relacionarse con ese peligro del que le advertían familiares y amigos. 4g4n6g
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El acosador misterioso capítulo uno al acecho tania una joven de veintinueve años poseía una presencia magnética que intrigaba a quienes la conocían a pesar de su estatura media y su complexión delgada destacaba en cualquier lugar al que fuera su cabello pelirrojo caía en cascadas suaves y enmarcaba un rostro de rasgos suaves y armoniosos detrás de las gafas que siempre llevaba sus ojos de un profundo y enigmático color verde parecían ocultar historias sin contar su piel de un blanco nacarado pero impecable sin una sola peca que rompiera su uniformidad la decisión de independizarse a un modesto bajó de cuarenta metros cuadrados en una zona obrera de madrid se debía más a su situación financiera que al su gusto por el paraje urbano acababan de contratarla como programadora por cuenta ajena y aunque disfrutaba el oficio los bajos ingresos y los elevadísimos alquileres de la capital le llevaron a buscar una vivienda más asequible su proyección estaba más que meditada ahorraría un par de años hasta conseguir el ascenso que le permitiría tener trabajar desde un pueblecito más tranquilo a las afueras de la ciudad tras el ajetreo del primer mes de mudanza y toma de o en su nuevo empleo la disciplina y la serenidad que le aportaba la rutina lograron que poco a poco fuera olvidando las habladurías acerca del escaso nivel de seguridad del barrio al principio cerraba la puerta de su casa con llave desde el interior y echaba el cerrojo más vale prevenir que curar decía para sí dado que su familia y amigos le habían advertido sobre la fama delincuencial de aquella zona sin embargo conociendo la exageración de aquellas vagas advertencias una vez se familiarizó con el entorno comenzó a encontrarlo incluso agradable conocer al panadero saludar a la ca gera del supermercado acariciar al perro del vecino había comenzado a acostumbrarse a su nueva vida el problema llegó un martes por la noche era diecinueve de septiembre todavía hacía buen tiempo aunque dado que a eso de las nueve empezaba a refrescar un poco tania solía guardar una rebequita en su bolso por si las moscas su jornada terminaba a las seis pero la oficina estaba bastante mal comunicada con su piso y a menudo se le hacía tarde intentando solucionar errores en su código era un trabajo tranquilo pero bien sabía que podía resultar frustrante arrastrar tareas para el día siguiente aquella noche tras sus cincuenta minutos reglamentarios de transporte público nuestra protagonista caminaba por el barrio en dirección a su casa con la cabeza saturada traspasar el día reescribiendo las mismas líneas de caracteres avanzaba ensimismada por las calles de tetuán pensando en cómo solucionaría mañana el trabajo que tenía pendiente en ese momento algo le hizo detenerse en seco estando a una manzana de su casa alcanzó a ver a un extraño en el a su pequeño bloque vestía sudadera ancha encapuchado con ella y fumaba un cigarrillo mediría poco más de metro setenta pero su estructura era tan oronda como firme apenas veía su barba desalineada larga y poco poblada cuya proporción de canas aventuraría en que rondaba los treinta y cinco años el detalle que llamó su atención es que estaba completamente empapado tania era plenamente consciente de la sugestión con la que llegó al barrio por lo que en cualquier otra circunstancia hubiera hecho caso omiso y entrado como si nada sin embargo la ropa de encharcada de aquel personaje cuando ni siquiera llovía le hicieron preferir dar un rodeo giró noventa grados en él paso de cebra previo a su cuadra y con naturalidad fingida dobló la esquina perdiendo de vista al hombre misterioso buscando un local donde adelantar el trabajo del día siguiente supongo que es buen momento para tomarse un café y averiguar dónde está fallando en dicho á samaria ni siquiera había terminado de recorrer los escasos veinte metros de su manzana cuando se sintió sin saber cómo observada en lugar de darse la vuelta y llamar la atención con lo que considero una ridícula suposición
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