El Abismo que susurra estrellas (poema de Javi Crosas) 2x4ov

Alzó sus ojos al firmamento y allí no vio esperanza ni la dulce caricia del infinito sino una grieta insaciable un yermo de luces heridas un pozo de hambre que devora el tiempo las estrellas no titilaba parpadeaban con el desdén de lo eterno cada una una herida abierta en la carne misma del cielo no eran faros eran agujeros en el velo de la razón grietas por donde se filtraba el hedor de mundos olvidados que dios puso su firma en este caos quien permitió que el polvo y el plasma bailarán su danza macabra que el orden naciera del azar y nosotros fragmentos soñamos con ser el centro del círculo cuando ni siquiera hay un círculo oh cosmos insondable tu voz es un rugido de silencio no es amor lo que llevas en tu vientre es vacío un vacío más voraz que mil soles en agonía un abismo que no pregunta que no responde que simplemente es y nosotros las moscas de la carne que somos sino polvo bañado en la arrogancia de la conciencia alzamos nuestras manos hacia los cielos creyendo que tocamos dioses pero no tocamos más que sombra no más que el vértigo de lo inmenso el hombre que contempla y comprende se deshace como cera al fuego qué mente puede abarcar el concepto de un espacio que nunca acaba de mundos que nacen y mueren sin ojos que los miren de océanos donde el tiempo no significa donde el ayer y el mañana se confunden en un murmullo infinito o albedrío absurdo pequeña llaman la tempestad el conocimiento es un veneno dulce un destello que promete respuestas y entrega en su lugar el peso abismal de la nada es esto lo que soñó el primer hombre al mirar el cielo negro es esto lo que susurraron las bestias primordiales cuando el mundo aún se gestaba en el útero de la indiferencia un susurro de locura un eco que atraviesa la carne un llamado que exige sangre todo lo que es no será parecen decir las estrellas y en ese canto frío un himno de muerte y vacío la mente se quiebra como un cristal que no puede sostener la presión del agua los antiguos lo sabían por eso dejaron inscripciones en piedras que tiemblan aún bajo la luna advertencias no busques no mires no preguntes pero el hombre es ciego y curioso y cava en la tierra como un animal sediento buscando el agua negra de los secretos y en las profundidades del cosmos en el pliegue de galaxias aún no vistas algo despierta no es dios ni demonio no tiene nombre que nuestra lengua pueda articular es la sombra de las sombras el pulso de lo eterno el hambre que engendra universos cómo