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Audiolibros: Cuentos y Relatos
85) "La entrega", de Jennifer Castro Tamargo

85) "La entrega", de Jennifer Castro Tamargo 2ay3

22/6/2021 · 11:01
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Audiolibros: Cuentos y Relatos

Descripción de 85) "La entrega", de Jennifer Castro Tamargo 5k3z3p

En la voz de Tobias Sierra, leído en la sección literaria de "Sapos de Otro Pozo", programa que cuenta con la producción y conducción de dicho locutor. Si te gusta el contenido, te hizo compañía y tenes la posibilidad, podes apoyar y aportar con una pequeña ayuda desde Argentina en https://cafecito.app/Audiolibrostobiass y desde el exterior en https://www.paypal.com/paypalme/tobiassierra?locale.x=es_XC t335j

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Llevaba meses haciendo a que el recorrido siempre el mismo y a la misma hora siempre sola en algunas ocasiones había llegado a plantearse la posibilidad de que aquello pues y peligroso para ella quizás una persona malintencionada un clic en una cabeza arrebatada por la ansiedad o el dolor podrían convertirse en el detonante hacia la locura en una mente sana sin embargo le gustaba que el camino entre penumbras al atardecer tras horas de reclusión dentro de la oficina y más aún la sensación de ocultar aquel recónditos sendero que nadie mas parecía usar incluso a sus familiares o amistades como si fuese un templo soledad el aire húmedo y cálido de un otoño casi estival y el silencio casi sagrado de la naturaleza mientras sus pasos se adentraba en el sendero que estar pendiente a colina abajo junto al mar hasta llegar a su pueblo convertían aquella deliciosa media hora en el momento más suyo en el anhelo que le perseguía mientras teclado en su ordenador de sobremesa un nuevo informe y sustancial diciendo que las horas pasa a ser rápido para perderse entre la maleza aquella tarde y salió del trabajo con una sensación de derrota todo cuanto podía salir mal había salido peor le dolía la cabeza y aquello le hizo ralentiza sus pasos medita abunda se balanceada de un lado al otro del sendero escuchando las olas que rompían con fuerza contra las rocas en los acantilados invisibles ocultos por la maleza fue aquel sopor el que le impidió verla silueta que se aproximaba le rosso justo antes de apartarse su olor penetró en ella haciendo que el caro perfume que cubría la ropa deportiva de aquel desconocido se desliza si hasta su interior levantó la vista y clavó la mirada en sus ojos color miel él le sonrió y continuó ascendiendo el sendero que descendía alejándose en direcciones opuestas llevaba una camiseta de tirantes negra que dejaba al descubierto un abrazo fuertes unidos a una espalda bien con torneo un pantalón deportivo negro de y mostraba unas piernas esbeltas que se hacen diana paso firme si sino su camino aquellas noches soñó con el fue la primera de muchas pero fue especialmente significativa por la sensación de realidad que le embargo al despertar sudorosa y excitada aún radiante con la fiel convicción de que aquella manos que aún se le antoja van desconocidas habían hecho de su cuerpo un templo de placer sintió cada caricia como si fuese verdadera y cuando se adentró en su interior suavemente con sus dedos su merecidos el éxtasis la hizo volver a la realidad despertando sobresaltados se sintió estúpida éxito dándose en el trabajo al recordar aquel momento y al pensar la posibilidad de que aquel encuentro fortuito con aquel completo desconocido pudiese a repetirse salió acelerada el encuentro en cuanto el reloj marcó el horario de salida sin embargo él no apareció espero re son ganó su paso hasta que la luz se fue por completo y necesito de la linterna de su móvil para regresar a casa frustrada y con bungie sintiéndose boba por haber fantaseado con una realidad no fue hasta una semana después cuando el inesperado encuentro se repitió de nuevo su cuerpo sudado y atlético una sonrisa agradable y unos ojos del color de la miel se leer y la piel cuando el arroz o intentando esquivar la en un sendero estrecho en el que apenas había cabida para una persona aquella noche jugo a sentirse amada por aquel hombre que despertaba en ella el más ardiente deseo cerrar los ojos y se entregó al placer mientras recordaba que el primer sueño que le decía pasaron varios días en los que no hubo rastro del desconocido a pesar de ello cada tarde ella descendía sendero esperanzada alimentando la imaginación de los muchos pensamientos que había empezado a generar su mente al respecto de aquel cuerpo sudorosa aquellas sonrisa la deseada y aquellas manos grandes y morenas que había conocido en sueños

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