#379 Presa de Richard Matheson 1p3026

Amelia llegó a su apartamento a las seis catorce tras colgar su abrigo en el armario del vestíbulo llevó el pequeño paquete al salón y se sentó en el sofá se quitó los zapatos mientras desenvolvía el pack vete apoyándolo en el regazo la caja de madera parecía un ataúd amelia levantó la tapa y sonrió era la figurita más fea que había visto nunca vería diecisiete centímetros de largo y estaba tallada en madera tenía un cuerpo esquelético y una cabeza desproporcionada su expresión era maniática mente feroz sus dientes puntiagudos estaban completamente a la vista sus ojos ardientes eran protuberantes sujetaba una lanza de veinte centímetros en la mano derecha una cadena de exquisito oro envolvía su cuerpo desde los hombros a las rodillas un pequeño pergamino estaba calzado entre la figurita y la pared inte prior de la caja emelia lo saco y lo desenrolló estaba escrito a mano este es el que mata empezaba es un cazador mortífero amelia sonrió mientras leía el resto del texto hace le pondría contento pensar en arzua se volvió para mirar el teléfono que tenía en la mesa de al lado al cabo de un rato suspiró y dejó la caja de madera en el sofá se puso el teléfono sobre el regazo levantó el aparato y marcó un número contestó su madre hola mamá dijo amelia todavía no ha salido preguntó su madre amelia se puso a la defensiva mamá sé que es viernes por la noche no pudo acabar la línea se había quedado en silencio amelia cerró los ojos mamá por favor pensó trago saliva hay un hombre se llama arthur drexler es profesor de instituto no vas a venir dijo su madre amelia se estremeció me su cumpleaños abrió los ojos y miró la figurita me prometí que pasaríamos juntos la velada su madre se quedó en silencio de todas formas esta noche no pone ninguna película buena continuó la mente de amelia podríamos ir mañana por la noche su madre seguía en silencio mamá ahora incluso el viernes por la noche es demasiado para ti mamá te veo dos o tres veces a la semana me visitas cuando aquí tienes tu propia habitación mamá no empecemos de nuevo dijo amelia no soy una niña pienso deja de tratarme como si fuera una niña cuánto tiempo llevas viéndole preguntó su madre un mes más o menos sin decírmelo tenía toda la intención de contártelo amelia empezaba a palpitar de la cabeza no voy a tener un dolor de cabeza se dijo a sí misma miró la figurita parecía que la estuviera mirando es un hombre agradable mamá su madre no hablo amelia sintió que los músculos de su estofa mago se tensaban esta noche no voy a poder comer censo súbitamente se dio cuenta de que estaba acurrucada junto al teléfono se obligó a sentarse erguida tengo treinta y tres años pensó estirando la mano sacó la figurita de la caja deberías ver lo que voy a regalarle por su cumpleaños lo he encontrado en una tienda de antigüedades decir a venir es un fetiche zuñi genuina extremadamente raro arthur es un fanático de la antropología por eso se lo he comprado se produjo un silencio en la linea muy bien nogales pensó amelia es un fetiche de caja continuó esforzándose por parecer despreocupada se supone que dentro de él está atrapado