#37 - John Lennon conoce a Cynthia Powell. 295i4q

Después de dos episodios tristes en los que hemos abordado uno de los momentos más traumáticos en la vida de John Lennon, como lo fue la muerte de su madre Julia, hoy seguiremos avanzando y veremos cómo John conoció a Cynthia Powell, con la que años más tarde terminaría casándose.

Mi nombre es José Ángel Martín y te doy la bienvenida a Querido Lennon.

En la Inglaterra de finales de los 50 no existía ninguna de las ayudas para enfrentarse a traumas personales con las que contamos hoy en día.

Ni consejeros psicológicos de familia, ni terapeutas, ni grupos de apoyo, ni teléfonos de la esperanza, ni consultorios sentimentales, ni confesiones en televisión, ni programas de radio de esos a los que la gente llama… John no tenía nada de esto que le ayudase a aceptar su pérdida y nadie podía decirle que las emociones privadas es mejor hacerlas públicas ya que los corazones destrozados se curan antes si se comparten.

En 1958, los ingleses, daba igual la escala social a la que pertenecieran, seguían aceptando que las lágrimas eran cosa de mujeres y que no se esperaba ninguna demostración de emociones por parte de los hombres.

De este modo, el dolor, golpe y rabia por la muerte de Julia permanecerían encerrados en John hasta que los pudiese liberar más de una década después cuando se sometió a la terapia del grito primal del doctor Arthur Janoff.

Entre las cuatro hermanas de Julia no hubo llantos ni gemidos, solo muestras de desolación discreta y en silencio.

El día después de la tragedia, Julia tenía planeado ir a ver a su hermana Nanny a Rock Ferry y ésta, en vistas de la visita, ya había desplegado las sillas de jardín en la parte trasera.

Le sacaría una fotografía a las sillas vacías, sin usar, y la guardó hasta su fallecimiento en 1997.

Nanny no debió llorar a Mimi nunca, aunque Michael Cadwallader, el hijo de Nanny, dijo muchas veces cómo brotaban de sus ojos lágrimas silenciosas.

En esos casos, John le decía, No te preocupes, Mimi, yo te quiero.

Estos momentos nunca eran compartidos con extraños.

Tres días después de la muerte de Julia, Michael Fiswick tenía que presentarse de nuevo en su base de la RAF y se perdió el funeral porque no pudo volver hasta finales de año.

Pese al grado de intimidad que mantenía con Mimi, ésta nunca le habló de los sucesos de aquel 15 de julio, ni tampoco los comentaría con John mientras él estaba presente.

Para Mimi, en su estado traumático, aquel asunto secreto apenas sí podía continuar y por un acuerdo tácito, Fiswick y ella volvieron a ser solamente amigos.

Las visitas de él fueron decreciendo en el tiempo, hasta que finalmente, en 1960, conoció a una joven de su edad y se casó, cosa que garantizaba que desde ese momento en adelante ya sólo habría un hombre en la vida de Mimi.

Los chicos que conocían a John desde temprana edad también se encontraban perdidos y sin saber qué decirle.

Su querido Pete Shotton, a cuya casa había acudido un acongojado Nigel Walley después del accidente, sólo logró murmurarle, Siento lo de tu mamá, John.