
3-8 EL YOGA DE JESÚS - PARAMAHANSA YOGANANDA e593w
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Capítulo 4 El segundo nacimiento, el despertar de la facultad intuitiva del alma, la verdad oculta en las parábolas de Jesús.
Y acercándose, los discípulos le dijeron, ¿Por qué les hablas en parábolas? Él les respondió, es que a vosotros se os ha dado conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no.
Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
Mateo capítulo 13 versículos 10, 11 y 13.
Cuando los discípulos le preguntaron a Jesús por qué enseñaba a la gente por medio de las sutiles imágenes de las parábolas, Él les respondió, porque ha sido decretado que vosotros, que sois mis verdaderos discípulos, que vivís una vida espiritual y guiáis vuestras acciones de acuerdo con mis enseñanzas, merecéis en virtud de vuestro despertar interior la meditación, comprender la verdad de los arcanos del cielo y el modo de alcanzar el reino de Dios, es decir, la conciencia cósmica oculta tras la creación vibratoria de la ilusión cósmica.
Pero las personas comunes, cuya receptividad es todavía insuficiente, no están capacitadas para comprender o practicar las verdades más profundas de la sabiduría.
Según su entendimiento, captan de las parábolas las verdades más sencillas contenidas en la sabiduría que yo les comunico.
Mediante la aplicación práctica de lo que son capaces de recibir, realizan cierto progreso hacia la redención.
¿Cómo es que perciben la verdad aquellos que son receptivos, en tanto que quienes no lo son, viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden? Las verdades fundamentales relacionadas con el cielo y el reino de Dios, la realidad que se encuentra en el trasfondo de la percepción sensorial y más allá de las reflexiones de la mente racional, sólo pueden captarse a través de la intuición, es decir, mediante el despertar del saber intuitivo o comprensión pura del alma.
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío.
Fue este a Jesús de noche y le dijo, «Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro porque nadie puede realizar los signos que tú realizas si Dios no está con él».
Jesús le respondió, «En verdad, en verdad te digo, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios».
Dice Nicodemo, «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?» Respondió Jesús, «En verdad, en verdad te digo, el que no nazca de agua y de espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
Lo nacido de la carne es carne, lo nacido del espíritu es espíritu.
No te asombres de que te haya dicho, «Tenéis que nacer de nuevo».
El viento sopla donde quiere y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va.
Así es todo el que nace del espíritu».
Juan capítulo 3, versículos 1 al 8 Nicodemo visitó a Jesús en secreto durante la noche porque temía las críticas de la sociedad.
Acercarse al controvertido maestro y expresar su fe en la divina estatura de Jesús constituyó un acto de valor por parte de quien ocupaba una posición tan encumbrada.
Reverentemente afirmó su convicción de que sólo un maestro que experimentase la verdadera comunión con Dios podía tener dominio de las leyes superiores que gobiernan la vida interior de todos los seres y de todas las cosas.
En respuesta, Cristo dirigió la atención de Nicodemo directamente hacia la fe.
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