2x10 Matinée: Miércoles 12 - Los 29 regalos de Carlo Conti 57926

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Benvenuti, queridos oyentes. No tenemos ni puta idea de San Remo. Empezamos.
Bueno, pues yo siento empezar así, pero es que es la verdad. Y qué maravilloso que es
equivocarse y saber recoger cable. Porque dijimos que Carlo Conti era poco menos que
un monigote a lo largo y ancho de esta temporada. Y mira qué cartel. Y mira qué San Remo. Y mira
qué audiencias. Y ahora sí que le dedico este inicio a él, a Federico Leonardo Luchia, alias
Fede. Esto va por ti. Te hemos dado palos hasta en el Corbejón. Te hemos llamado desde drogadicto
a adúltero y muchas cosas más. Te dijimos, bueno, te dije yo, fervientemente, que te retiraras del
festival. Y seguramente muchas de estas cosas pues no estuvieran ni siquiera alejadas de la
realidad con todo lo que estás pasando. Pero ciertamente ayer nos callaste la puta boca a
todos. Absolutamente todos. Y a mí el primero. Y presentaste la razón por la que debes estar aquí.
Y no solo. Presentaste las credenciales para ganar este festival. Así de claro. Bravísimo Fede. Y por
nuestra parte, pues sentimos nuestras dudas. Eso sí, maldita prensa otra vez. En este programa tenemos
que parar de dejarnos llevar tanto por la prensa italiana como si tuvieran la verdad universal.
Pasando un poco más allá de Fede, el festival pues un éxito. Una vez más. Y hay que entender,
para los que ayer teníamos dudas y los que todavía pueden que las tengan, que este no es
un festival de las luces, del impacto, de los temazos icónicos a primera vista, como los que
nos acostumbraba Madeus, ¿no? Ya lo veníamos avisando, de hecho. Como siempre decimos, San Remo es un
festival a imagen y semejanza de su director artístico. Y Carlo Conti, pues que es un artesano
musical, ha tallado un festival de autor. Donde la canción, sin artificios y en su crudeza, es la
absoluta protagonista. Y sí, es un festival maduro, de ritmo musical y digestión más bien lenta, con
mucha balada, con mucha canción de autor. Como decimos, a todos los efectos es un festival de
maceración. Yo no estaba convencido anoche, la verdad. Pero esta mañana estaba totalmente vendido
a favor de otro festival de época. Y es normal, si vosotros seguís teniendo ciertas dudas, queridos
oyentes, pero sí que os pediría amablemente que le deis una oportunidad a este festival. Que dejéis
que el curso de las seratas y la escucha continuada de las canciones os convenza a lo largo de estos
días de la semana. Porque seguro que os va a convencer. Yo estoy convencido porque la calidad
es altísima. Y ahora sí, me voy a callar ya, porque soy un pesado. Y vamos ya con ellos, que son
los verdaderos protagonistas. Con el equipazo de lujo que siempre me acompaña. Él ya se ha convertido
en un habitual, en un titular de la central desde Asturias. Don Bruno Plasencia, ¿qué tal?
Buongiorno, buenos días, ¿cómo estamos?
¿Cómo viviste lo de ayer? ¿Qué sensación tienes? ¿Cómo va la resaca Sanremese?
Pues yo ayer lo viví, voy a decir, escuché más que vi. Porque aunque estaba llevando toda la
moda, estaba fijándome más bien en fotos que viéndolo, porque estaba a muchas cosas. Y a mí me
gustó lo que escuché ayer. Me esperaba quizás algo más clásico, pero no, me gustó bastante lo que
vi ayer. Y quizás luego hablaremos de él, o mañana, ahora mismo no lo acuerdo. Oli, que yo me lo
esperaba un paso atrás dentro del Oli más conocido, que es el del Tormentone, me gustó bastante ayer.
Bueno, iremos comentando desde Elodi y de muchos más artistas. De momento vamos a saludar a otro
colaborador que vuelve a Central Sanremo y que actualmente lo tenemos por las fallas de Valencia,
entonces es normal que vayáis escuchando petardos a lo largo del programa en sus intervenciones. No
os preocupéis, está protegido. ¿Verdad que sí, Omar? Bienvenido. A ver, llámalo ya más de
Valencia y llámalo, señores de entre 40 y 60 años jugando a frontenis, que es que tengo...
Bueno, prácticamente lo mismo, eh. Menos mal, los he reconocido ya, no han venido los típicos gritones,
los típicos gritones estos que están en estas canchas de pádel y de frontenis, que se las
pasan gritando como si fuesen profesionistas.