26.- Si aceptas que no sabes, aprendes; si aceptas que no entiendes, superas; y si aceptas que no quieres, descubres. 3274d

Bienvenidos una vez más a Motivate, el lugar donde recargamos el alma y encendemos la chispa de la acción.

Hoy quiero que hablemos de algo que a mera vista puede parecer simple, pero que esconde una de las claves más poderosas de nuestro crecimiento.

Una frase que me encanta y que creo que tiene el poder de transformar nuestra perspectiva es Si aceptas que no sabes, aprendes. Si aceptas que no entiendes, superas. Y si aceptas que no quieres, descubres.

¿Cuántas veces nos hemos aferrado a la idea de que ya lo sabemos todo? Que tenemos la respuesta, el camino, la verdad absoluta.

Y es precisamente ahí donde nos estancamos. La primera parte de esta frase es un recordatorio poderoso de la humildad.

Si te paras un momento y te dices a ti mismo, vale, no sé esto. En ese instante se abre una puerta gigante.

Es como cuando intentas arreglar algo en casa. Crees que sabes cómo, forcejeas y al final lo rompes mal.

Pero si dices, no sé cómo se hace esto, automáticamente buscas un tutorial en YouTube, preguntas a un experto, investigas y de repente ¡ZAS! Aprendes algo nuevo. Dominas una habilidad. Esta actitud no es signo de debilidad, sino una fortaleza inmensa que te permite absorber conocimiento y crecer sin límites.

Es la base de cualquier evolución personal o profesional. Pasamos a la segunda parte.

Si aceptas que no entiendes, superas. Piensa en esa situación complicada, ese problema recurrente que te persigue.

A menudo nos frustramos, nos enojamos, nos rendimos porque no lo entendemos.

No entendemos por qué nos pasa a nosotros, por qué el otro actúa así, por qué las cosas no salen como queremos.

Pero cuando te permites decir, no estoy entendiendo lo que está pasando aquí, esa aceptación abre un espacio para la observación.

En lugar de luchar contra el problema, empiezas a analizarlo desde otra perspectiva.

Imagínate que estás en un nuevo trabajo y no entiendes el sistema de la empresa.

Puedes frustrarte, quejarte, sentirte abrumado o puedes aceptar.

Todavía no lo entiendo del todo. Esa aceptación te impulsa a hacer preguntas, a pedir explicaciones, a buscar la lógica detrás del sistema.

Y al hacerlo, no solo lo superas, sino que lo dominas.

Aceptar la falta de entendimiento no es rendirse. Es el primer paso para encontrar soluciones y salir fortalecido de cualquier desafío.

Es dejar de lado la resistencia para abrirnos a la comprensión.

Vamos ahora con la última parte de la frase, que para mí es la más reveladora y quizás la más valiente.

Si aceptas que no quieres, descubres.

Vivimos en un mundo que a menudo nos empuja a querer cosas que quizás no deseamos realmente.

Un coche de lujo que no puedes mantener, un círculo social que te exige ser alguien que no eres, un estilo de vida que no nos representa.

Y muchas veces nos aferramos a la idea de que debemos querer esas cosas, generando una lucha interna brutal.

Pero cuando tienes la valentía de mirarte al espejo y decir, no quiero esto, realmente no lo quiero, se produce una liberación.

Es una verdad cruda, sí, pero es tu verdad.

Y en ese instante de honestidad descubres qué es lo que sí quieres.

Descubres tus verdaderos deseos, tus pasiones genuinas, el camino que realmente resuena contigo.

Pensemos en alguien que ha estudiado una carrera porque era lo que se esperaba de él.

Pensemos en alguien que ha estudiado una carrera porque era lo que se esperaba de él.