
194. La Calle que Asesina, Antonio Grilo (I) (LLDLL) 38485e
Descripción de 194. La Calle que Asesina, Antonio Grilo (I) (LLDLL) 583ol
VIII Calle Antonio Grilo. Madrid. Antiguamente, calle de las Beatas. Un rincón que parece atraer la oscuridad. Lo que comenzó como un convento y unas viviendas humildes, se transformó con los años en un escenario recurrente de crímenes, secretos, muertes trágicas y sucesos que parecen seguir un patrón. Hoy te contaré solo algunos de ellos. El primer caso documentado en esta calle se remonta al año 1776, cuando aún se llamaba calle de las Beatas. Un sacerdote, Pedro de Hortigosa, de la parroquia de San Martín, cruzó un día la puerta de una humilde sastrería y conoció a Manuela, una joven viuda. El deseo lo consumió en silencio, hasta que Diego, un hortelano del barrio, lo enfrentó verbalmente por lo que ya todos murmuraban: la obsesión del cura. 1861. Carlota Pereira, de 32 años, había escapado de un matrimonio roto. Aquella noche, caminaba con sus dos hijas cuando fue atacada cerca del número 12. José María "El Cano", fue capturado tras una persecución en la que participó Francisca Burdeos, alias Benito, una mujer que vestía ropa de hombre con autorización real. José María fue ejecutado públicamente con garrote vil en la Plaza de la Cebada. Las hijas de Carlota fueron enviadas a un convento y obligadas a tomar los votos. 1901. Agustín, de 16 años, vivía en el número 12 de la calle Antonio Grilo, encerrado en una buhardilla sin ventanas, atado a una viga con cadenas oxidadas. Su padre viudo y su madrastra lo mantenían allí oculto, alimentándolo solo con pan y agua turbia. Fue gracias a Manuela Fernández Montero, una vecina que los gritos del muchacho llegaron a oídos de las autoridades. La policía entró por la fuerza. Encontraron al niño esquelético (18 kg de peso), lleno de llagas y con la mirada perdida por la falta de luz. En el suelo había marcas: rayas talladas que el chico usaba para contar los días. Hasta aquí, hemos llegado hoy. Un sacerdote que mató por deseo. Un marido que mandó asesinar a su esposa. Y un niño que fue encadenado en la oscuridad. Y esto… es solo el principio. El próximo programa, será si cabe, mucho más brutal y terrorífico. No te lo pierdas. HAZTE MECENAS, no dejes que La Biblioteca, cierre Nunca sus Puertas… Sigamos sumando en LLDLL, SUSCRIBETE en IVOOX y comparte. GRATITUD ESPECIAL: Sara Saez, por dejarme su Voz. Siempre a los MECENAS. Sin ustedes… esto no sería posible. SUSCRIBETE AL CANAL DE TELEGRAM: https://t.me/LaLamadaDeLaLuna PUEDES VER ALGUNOS VIDEOS DE LLDLL: https://www.youtube.com/channel/UCEOtdbbriLqUfBtjs_wtEHw 5iu5s
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Caminamos por una calle de España, aparentemente normal.
Estamos en la capital, Madrid.
Un lugar por el que miles de personas pasan cada día, sin imaginar los secretos y tragedias que este lugar ha presenciado.
Es una vía corta, estrecha, con edificios de varias plantas, muchos de ellos antiguos y restaurados.
Sus fachadas centenarias están sucias por los años de polución incrustados en sus piedras.
Hoy el ambiente es tranquilo, aunque su historia, créeme que no lo es.
Es la que no aparece en las guías turísticas, porque esta calle tiene un nombre que habla de tragedias.
Antonio Grilo.
Para muchos no significa nada, para otros evoca historias oscuras, sucesos inexplicables y un misterio que ha resistido al paso del tiempo.
Porque este rincón de la ciudad ha sido escenario de tantos hechos inquietantes.
Un sacerdote, un camisero, un sastre, una joven madre, todos ellos tienen algo en común.
¿Por qué algunos lugares parecen atraer la oscuridad? ¿Son algunas casas testigos mudos? ¿O hay algo más en sus cimientos que se nos escapa y no entendemos? Te advierto, va a ser otro de esos programas duros, muy duros, y créeme que lo que vas a escuchar no es ficción.
Es la memoria de una calle que aún guarda todas las respuestas.
Mi nombre es José Manuel Rodríguez y da comienzo La Llamada de la Luna.
¿Te gusta el terror? ¿Las leyendas? ¿Los enigmas? ¿Viajar y soñar? Contado de forma diferente, La Llamada de la Luna.
¿Dónde podrás leer? Con los ojos cerrados.
Con José Manuel Rodríguez.
¿Estáis preparados? Bien.
Comenzamos entonces a leer con los ojos cerrados.
Antonio Grilo es una pequeña calle de no más de 90 metros.
Antes de llamarse Antonio Grilo, esta calle se conocía como Calle de las Beatas.
El nombre tenía su origen en el convento de Santa Catalina de Sena, situado en las cercanías donde residían monjas seglares desde el siglo XVI.
En 1899, el ayuntamiento decide cambiar el nombre en honor al poeta cordobés Antonio Fernández Grilo, quien había vivido en la propia calle, exactamente en el número 24.
La elección de su nombre también buscaba, en parte, dejar atrás la antigua fama oscura y supersticiosa asociada a la Calle de las Beatas.
Hacía décadas que arrastraba una reputación oscura, marcada por sucesos trágicos, crímenes y una atmósfera de misterio que la prensa de la época y los vecinos no dejaban de alimentar.
Pero cambiar el nombre no sirvió de nada, no hizo más que empeorar las cosas.
La leyenda negra de este lugar se remonta muchos años atrás.
Teniendo fama de un lugar violento, lo primero que he podido encontrar es esta noticia cuando aún se llamaba Calle de las Beatas.
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