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Hispalensia
1847. El primer abril.

1847. El primer abril. 1w514

4/5/2025 · 11:49
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Descripción de 1847. El primer abril. 6y2r18

¿Cómo fue la primera Feria de Abril? De la mano de cronistas e historiadores conoceremos la respuesta. 4p2z26

Lee el podcast de 1847. El primer abril.

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En algunas ocasiones, en esta misma página, llegado el mes de abril o de mayo, hemos aprovechado para dar alguna pincelada sobre cómo vivía Sevilla su feria de abril antaño, o sobre aspectos concretos de la feria, siempre atractivas tanto para lugareños como para foráneos. Estando en plenas vísperas, lunes alumbrado, quizás sea buena idea referir cómo fue la feria de 1847, o lo que es lo mismo, cómo transcurrió la primera feria de abril de la historia. Pero para variar, vamos a lo que vamos. Todos los historiadores feriantes han insistido siempre en el protagonismo del vasco José María Ibarra y del catalán Narciso Bonaplata, ambos concejales del ayuntamiento, a la hora de proponer la idea inicial de feria de ganados.

Pero también habría que destacar el papel del entonces alcalde de Sevilla, Alejandro Aguado y Ramos, conde de Montelirios. Buen conocedor, al parecer, de los complicados hilos de la alta política, recurrirá, como narra Chávez Rey en su obra sobre este asunto, a la influencia del entonces ministro de Gracias Justicia, Juan Bravo Murillo, que aunque nacido en Fregenal de la Sierra, estudió leyes y estableció bufete en nuestra ciudad, hasta que marchó a Madrid para ejercer su cargo de diputado a cortes por su ciudad natal, encuadrado en el partido moderado. Bravo Murillo, a su vez, influirá en la reina Isabel II para que, por fin, el 5 de marzo de 1847, firme la Real Orden autorizando la celebración de la feria.

El escrito, procedente de la Corte madrileña, llegó a manos de los municipios sevillanos en estos términos y firmado por Melchor Ordoñez, finalizaba en estos rimbombantes términos. Tengo el mayor placer en apresurarme a noticiar a vuestra excelencia la indicada real gracia y en darle mi más cordial parabién por el feliz éxito que ha tenido el acertado pensamiento de la digna municipalidad que Sevilla se gloria de tener al frente de su istración, pues a cada paso tocan nuevas muestras del incansable celo con que se dedica a promover cuanto puede influir a su prosperidad y engrandecimiento.

Aquel año de 1847 no se caracterizó por una buena Semana Santa. La lluvia, siempre inoportuna enemiga de la festividad, propició que sólo salieran las cofradías del Domingo de Ramos y Miércoles Santos, dejando a las demás sin poder realizar sus estaciones de penitencia. Pese al riesgo latente de riadas, el día antes del previsto para el comienzo de la feria, 17 de abril, tuvo lugar la primera exposición de ganados en el ruedo de la Plaza de Toros de la Real Maestranza, cedida para la ocasión con varios premios en metálico, a saber 6.000 reales al mejor caballo, dos premios de 4.000 reales a la mejor yegua y al mejor toro manso y dos de 1.500 reales para tantos otros lotes de carneros, sin olvidar el obsequio de unas espuelas de plata para el mejor jinete. Reunido el jurado, preparada una banda de música y presidido el certamen por de la Corporación Municipal, el público, que abarrotaba el coso maestrante, pudo contemplar cómo saltaban al ruedo tres toros mansos, 20 carneros enteros, 42 carneros merinos y un buey y nueve caballos.

Resultó premiado el caballo peregrino, tordo y de seis años, propiedad de don Simón Jibaja, mientras el de mejor toro manso fue para el ganadero don Buenaventura Galán. Las espuelas de plata fueron a manos del jinete don Juan García, que había destacado sobremanera en sus ejercicios ecuestres en el anillo maestrante.

Por cierto, olvidábamos mencionarlo, el alcalde Conte de Montelirio ocupó el cargo de secretario de la nueva Sociedad de Fomento de la Cría Caballar, impulsora al cabo de los años de las carreras ecuestras en Sevilla. En cuanto al certamen ganadero, eso fue todo. ¿Pero qué sucedió en el Prado de San Sebastián?

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