Presentación de «Puigdemont: El integrista que pudo romper España», con su autor Iñaki Ellakuría 5s604z

Bien, mi labor aquí es presentar a la Fundación Civismo y, muy brevemente, cómo encaja esta presentación del libro con la Fundación Civismo. La Fundación Civismo, desde sus inicios, ha defendido la libertad en tres ámbitos, que son la libertad económica, la libertad de educación y la libertad de información, y como una base necesaria para estas tres libertades, el estado de derecho. En Cataluña, en los últimos años, se ha atacado a estas tres libertades y al estado de derecho sobre el que se sustentan estas tres libertades.

Hemos visto cómo la libertad económica se veía afectada, muchísimas empresas salían, se generaba una incertidumbre notable entre muchos ahorradores particulares, muchas empresas que veían cómo sus planes a medio largo y a largo plazo no se veían cumplidos. Hemos visto cómo la libertad de educación está amenazada, hemos visto cómo la educación concertada es de las más amenazadas, donde hay más intervencionismo en los programas educativos y en los modelos educativos.

También hemos visto, y esto es de hace unos pocos meses, carteles en la universidad donde se animaba a denunciar a los profesores que no impartían las clases en catalán, y también hemos vivido un control férreo de los medios de comunicación por parte de la Generalitat. Con lo cual, esta presentación del libro, del libro Puigdemont, el integrista que pudo romper España, yo me atrevería a decir que la está rompiendo más que pudo que pudo romper España, y como viene a punto un buen amigo que es Juan Milián, hemos visto cómo el proceso catalán o la mala política que se deriva del proceso catalán ha impregnado la política española y podemos hablar de un proceso español en el que se ha degradado la vida política en nuestro país. Nada más, muchas gracias a todos ustedes por venir esta tarde a escuchar, sobre todo a Iñaki, a Javier y a José María. Son de sobra conocidos, no los voy a presentar.

Sólo a Javier al final le podéis dar las condolencias por lo que sucedió ayer en el Metropolitano.

Y nada más, muchísimas gracias a los tres por estar aquí y a todos ustedes por venir con tan poca anticipación de la convocatoria porque empezamos a moverlo hace menos de una semana prácticamente. Muchísimas gracias.

¿Empiezas? Ah, muy bien, me toca a mí empezar dándoles las gracias por venir y dándoles las gracias a Albert y a Iñaki, y a Javier porque está aquí, claro.

Iñaki por su confianza. En fin, todos conocemos a Iñaki, es uno de los mejores periodistas actuales, de los grandes reporteros y columnistas del mundo, de los más finos, de los más elegantes, los más irónicos, los más distanciados y al mismo tiempo con muy buena información. Yo no conozco particularmente bien la Política Catalana, a pesar de que la he tenido que conocer a rancas y barrancas en los últimos años porque no le queda más remedio a uno.

Interesante, por cosas tan absurdas como la Política Catalana, pero ¿qué vamos a hacer? Y una de las pocas personas de las que me fío, y hay varias, es Iñaki y el otro autor del libro que estamos presentando que es Pablo, Pablo Planas, también periodista que estuvo aquí en Libertad Digital cuando yo lo conocí y luego con el que tengo una muy buena amistad como con Iñaki.

Bueno, voy a hablar un poquito del libro y voy a hablar de las cosas que luego le voy a preguntar. No voy a alargar mucho porque me parece que lo mejor es que preguntemos a Iñaki por este personaje tan tan extraordinario, vamos a llamarlo así, como es Puigdemont. En el libro, desde el principio se aclara bien en los términos del personaje, el asunto de el hijo del pastelero. A mí cuando lo empecé a leer dije, bueno, no me gusta mucho.

Porque pertenecía a un tono un poco de desprecio hacia el hijo del pastelero y al fin y al cabo, los hijos de los pasteleros están muy bien.

Margaret Thatcher lo ha llegado a entender. Y los hijos de los pasteleros son divertidos, por naturaleza.

Una de las cosas graciosas de Puigdemont es su amor a los dulces, que lo aprendemos en el libro.

Pero en realidad, el hijo del pastelero, una de las dimensiones desde las que luego hablaremos, que es muy rápido, es el que está fuera del establismo.