Meditación y conferencia: “Aceptar el paso del tiempo”, con Marta Matarín 4ca66

Obum Shanti.
—Es un saludo de paz para todos.
El tema para hoy es aceptar el paso del tiempo.
Puede tener que ver con el envejecimiento, pero me gustaría ponerlo más amplio que esto.
Todos vemos cómo a lo largo de nuestra vida hemos pasado por diferentes grupos de amistades,
de relaciones, y podríamos verlo como cuando te subes al tren y hay gente que sube igual
que tú, hay gente que baja, hay gente que va bajando en diferentes estaciones, hay gente
que se va subiendo.
Y si hiciéramos una foto de las personas que van dentro de ese mismo vagón cada media hora,
sería una foto cada vez diferente, porque las personas no siempre serían las mismas.
Y del mismo modo que las personas no siempre serían las mismas, las situaciones tampoco
son siempre las mismas.
No aceptar el paso del tiempo sería como querer frenar el fluir de un río, sería
como querer detener la marea de un océano, sería como decirle al sol mañana no salgas,
sería como no aceptar que la vida tiene diferentes momentos.
Cada realidad, cada momento, cada situación, cada persona tiene diferentes momentos.
Y aunque a menudo decimos vivir el presente, no quiere decir que no apreciemos y reconozcamos
la belleza de todo aquello bueno que nos ha pasado en el pasado, entendiendo también
que no todo fue tan bueno y hay tantas lecciones que aprender.
Aunque hay personas que se quedan ancladas a un pasado, es que cuando yo era pequeña tal cosa,
es que cuando mamá vivía tal otra, es que tal...
Entonces es como si el presente no fuera tan valioso si le damos tanta, tanta y excesiva importancia
a lo que ya pasó y ya no va a volver.
Así que cuando acepto con agradecimiento es como soltar, soltar para crecer,
soltar para mirar hacia adelante, para ver que lo que sea que sucediera en el pasado,
en la dirección que fuera, eso sirvió para construir mi presente.
Y que lo que sea que yo ahora estoy construyendo o viviendo, eso va a determinar también cómo va a ser mi futuro.
Pero soltar...
Y esta es una perspectiva que es más fácil de tener cuando pensamos que somos seres espirituales.
Y tantas veces hablamos de la conciencia del ser, la conciencia del alma, da igual,
en diferentes maneras lo podemos mencionar, pero sí que es una manera de trascender
lo que sería incluso la gravedad, trascender la densidad de las situaciones,
la densidad de todo aquello que nos tira para abajo, que nos hace seguir anclados a una realidad que tal vez ya no es.
Cuando yo me miro al espejo cada mañana, pues no soy la misma de hace 40 años, 50 años, 10 años, ni siquiera 10 meses.
No soy... el cuerpo no es el mismo.
Yo seguramente no sólo soy la misma, sino que he crecido muchísimo más.
Lo mismo te pasa a ti.
Uno de los negocios más grandes que existen actualmente es todo el tema de la estética y...
¿Cómo diríamos? Operaciones de todo tipo para pretender, para hacer ver que no soy tan mayor como lo que soy.
Y en el fondo no es más que uno aceptar la sabiduría de la experiencia.
Sí, cuando alguna persona mayor me dice, ¡ay, fíjate lo mayor que soy! No, no eres mayor, eres sabia.
Siempre me gusta decir esto y realmente lo siento.
Porque una persona que tiene años y más años, y cada vez vamos teniendo más años, más vida, vivida, por tanto, vamos aumentando en sabiduría.
Y así como una persona más joven te puede animar y expresar con entusiasmo y creatividad algo, también ese entusiasmo y creatividad pueden estar en una persona mayor.
Y además tiene todo el fruto de toda la experiencia vivida, de las veces que uno se ha equivocado, de las veces que uno se ha frustrado, de las veces que uno ha tenido ilusión y ha disfrutado y ha descubierto no sé qué cosas.
Porque todo esto es el falso del tiempo.